Entrevista: José Manuel Galán, Egiptólogo
Por Santiago Pérez Díaz
Creación: 15 enero, 2005
Modificación: 15 junio, 2020
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José Manuel Galán (1963) es egiptólogo. La entrevista tiene lugar en su despacho del CSIC antes de que parta hacia Luxor para iniciar otra temporada de excavaciones, que se podrá seguir al día en http://www.excavacionegipto.com.

Pregunta. ¿Nuestra cultura le debe mucho al antiguo Egipto?

Respuesta. Ya los intelectuales griegos consideraban a Egipto como la cuna de la sabiduría. Era el lugar al que iban a estudiar matemáticas, astronomía, medicina y ciencias, que estaban muy desarrolladas. El arte egipcio influyó en el griego. Allí fueron Platón, Aristóteles y Herodoto, al que los sacerdotes enseñaron las claves de su cultura.

P. ¿Existió también una influencia en el aspecto religioso?

R. Los griegos encuentran en los dioses egipcios un gran paralelo con su panteón. Los dioses son encarnaciones de fuerzas abstractas o de conceptos que emanan de un dios creador del universo y padre de todos ellos.

P. ¿El monoteísmo latente de los egipcios influyó en Israel?

R. Tuvo repercusiones sin duda en la Palestina de Moisés; pudo inspirar al pueblo judío incipiente. Había muchos viajeros de la zona que venían a aprender medicina, matemáticas, etcétera.

P. ¿Se ha dilucidado si Moisés fue un personaje histórico?

R. Es difícil probar su existencia. Moisés es una raíz egipcia que significa «el nacido» y que, por ejemplo, está en el nombre de Ramsés, que quiere decir el nacido de Ra. Ramsés II se casó con varias mujeres de origen semítico y el personaje bíblico pudo ser hijo de una de ellas. Yo me inclino porque Moisés sí existió.

P. Las pirámides siguen atrayendo la atención de todos…

R. Es apasionante el simbolismo enorme que tienen y la complejidad que hay detrás de ellas. Son un monumento funerario relacionado con el faraón para recordar su memoria tras la muerte física. Marcan el punto por donde el sol penetra para volver a renacer; el faraón pretende unirse al sol en su ciclo y renacer también. Es un juego simbólico.

P. ¿Está claro si se utilizaron esclavos en su construcción?

R. Se calcula que tardaron unos 20 años en levantar las más voluminosas, como las de Guiza. El concepto de esclavo es anacrónico para aquella época. No había salario para los trabajadores: lo hacían por el vestido y la comida, que es lo que la gente esperaba. La compra y venta de personas no existía en ese tiempo, empezó más tarde con los cautivos de guerra que no tenían derechos.

P. Egipto le debe mucho al medio ambiente…

R. El factor determinante del país fue el Nilo y las crecidas periódicas, que hicieron darse cuenta a la gente de que el movimiento cíclico de la naturaleza no sólo eran los días y las noches sino las estaciones. Esto caló hondo en la religión. La naturaleza muere para volver a nacer.

P. Es un mundo distinto al del Tigris y el Éufrates.

R. Las crecidas de los ríos mesopotámicos son muy diferentes y no tan exactas. En Egipto se construye con piedra de canteras de buena calidad. En Mesopotamia se utiliza el barro para la construcción y la escritura (tablillas). Los egipcios escribían con patitos, con jeroglíficos, y los otros con patas de pollo, con signos cuneiformes.

P. ¿Y en lo que se refiere a los hallazgos arqueológicos?

R. Hay una diferencia notable entre la egiptología y la asiriología. Los hallazgos arqueológicos de la primera están relacionados en un 80% con el mundo religioso y funerario; en la segunda se han excavado palacios y ciudades, por lo que se sabe mucho del comercio. Sin embargo, se han encontrado muchos aspectos comunes entre ambas culturas como, por ejemplo, el lenguaje político.

P. ¿Habrá más hallazgos?

R. Será difícil descubrir otro tesoro como el de Tutankamon, pero sí veremos salir a la luz material con mucha información política, social y religiosa.

P. ¿Y las excavaciones que está usted realizando en Luxor?

R. Vamos a comenzar la cuarta campaña con dos tumbas de nobles importantes de 1.500 antes de Cristo. Una es de un alto funcionario de la reina Hatshepsut, una de las pocas mujeres que ejerció el cargo de faraón. La otra es de 50 años antes. Se encuentran excavadas en la montaña con inscripciones y relieves en paredes que contienen gran información, además de muchos objetos de enorme interés artístico y cultural.

P. En la Tabla del Aprendiz, que usted ha encontrado previamente, aparecía el faraón Tutmosis III mirando de frente, cosa inusitada en el arte egipcio.

R. Sí, aunque estudios posteriores nos han llevado a la conclusión de que no era Tutmosis III, sino la reina Hatshepsut, quien tras su coronación se hizo representar como hombre.

P. ¿Es que las mujeres egipcias eran más atrevidas y por eso miraban de frente?

R. Al esculpir a los faraones de perfil no se pretendía reflejar una actitud humana. En realidad se trataba de una convención de los artistas para representar en una sola figura la complejidad del ser.

Fuente: El País
http://www.elpais.es/articuloCompleto.html?d_date=&xref=20050115
elpepicul_7&type=Tes&anchor=elpepicul

Reseña: Montse Borrás

 

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