Elementos egipcios en las tradiciones del Pentateuco
Por Sergio Fuster
31 diciembre, 2010
Modificación: 22 mayo, 2020
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Un análisis de las tradiciones del Pentateuco a la luz de las religiones comparadas, arroja luz sobre la posible influencia mesopotámica, especialmente en el ciclo mitológico de Génesis 1-11. Si bien estos mitos son vividos a la luz del monoteísmo es inevitable una comparación entre Génesis 1 y el Poema de Enuma Elish[1], o de las genealogías de los capítulos 4, 5, 11 y la lista de lumus o reyes antediluvianos. Encontramos algo parecido en el diluvio del tiempo de Noé y las similitudes con el Poema de Gilgamésh[2]. Así mismo existe una correlación entre el ciclo de Nemrod y la construcción de la Torre de Babel (Gn 10, 11), en la inscripción de Etemenanki[3].

En el bloque legendario de Génesis 12-50, donde se narran los ciclos patriarcales (Abraham, Isaac y Jacob), ubicamos elementos mesopotámicos[4], esto quizá se deba a que la “conversión” de Abraham al monolatrismo ocurrió en Ur[5]. Los datos sobre la vida y la administración parental de las narraciones patriarcales tienen fuertes influencias de las ciudades que conformaban la constelación de Babilonia.
En los relatos bíblicos las visitas a Egipto fueron esporádicas (Gn 12: 10-20), a no ser en el ciclo de José, donde toda la escena transcurre en el país del Nilo (Gn 38-50). Esto, de alguna manera, dio el prologo de las narraciones de Moisés y la liberación (el ciclo pascual entra dentro de la instancia mítica ya que instaura una fiesta nacional) (Ex 1-14). El siguiente conjunto literario construye un inmenso marco legal y cultual, salpicado de narraciones del viaje israelita a través del Sinaí hasta llegar a las puertas de la tierra prometida.

Estela de Putifar. Dinastía XXI. Museo de El Cairo ( JE 65444)

Estela de Putifar. Dinastía XXI. Museo de El Cairo ( JE 65444)

Este bloque que hoy llamamos “el Pentateuco” (cuya traducción literal es “cinco estuches”), posiblemente adoptó la forma final después del exilio babilónico de 586 a. C. Sin embargo, existe la hipótesis que hubo cuatro tradiciones que dieron sustrato a esta gran obra (yahvistam, elohista, sacerdotal y deuteronómica); que parecen ser muy antiguas (primero en una etapa oral y luego escrita) y algunos eruditos piensan que tal vez, al menos algunos fragmentos, se remonten hacia el Éxodo[6]. No obstante, los elementos son escasos. En el presente trabajo concentraremos la atención en los posibles elementos egipcios que quedaron disimulados en la confección de la Tora[7] y abordaremos dos de los muchos aspectos que pueden citarse: el lingüístico y el arqueológico.

Extranjerismos egipcios en los documentos más arcaicos

Es interesante señalar que las tradiciones del Pentateuco utilizan la mayor cantidad de palabras de correspondencia egipcia de toda la escritura bíblica paleo y neotestamentaria. El origen y uso de estos términos es un tema a debatir, pero puede deberse a que vocablos del idioma egipcio fueron tomados de dialectos semíticos, especialmente durante el periodo de los hicsos en adelante[8]. Veamos algunos ejemplos[9]:

La localidad de On (en egipcio, iwnw) de Heliópolis, los asiriobabilonios la llamaban An(a) o Un(u) y se cree que significa “ciudad del pilar”(Gn 41: 45, 50). Pitom (pr-itm; tradución literal “casa de Atum”) y Ramsés (Ra-ms-s Ra lo ha engendrado) (Ex 1: 11).

Algunos nombres propios como Potifera (Putifar) pA-di-ra, (que significa “dádiva de Ra”) (Gn 41: 45)[10]; Asenat ns-nt (favorita de Neit); Moisés mw-s[11] (“hijo del agua”).

El título honorífico de José Zafnat-panea (posiblemente del egipcio: dfa wnta anh, la traducción literal: “alimentador de la nación del que vive”[12] (Gn 41: 45).

Este bloque redaccional utiliza la mayor cantidad de palabras de un posible origen egipcio. En Génesis 41: 43 se utiliza la expresión ‘abrek; literal: “arrodillarse”. Es similar al vocablo egipcio ab rk, que se traduce como el vocativo “¡arrodíllate!”[13].

También pesos y medidas, como zeret (palmo) de deret “mano”; efa (décima parte de un homer) de ‘pt; hm (6,2 litros) de hnw.

Otras palabras que presentan los textos son: qemah (harina) de kmhw; ses (lino) de ssr; yeor (Nilo) de ‘trw río[14].

Connotaciones egipcias en el tabernáculo hebreo

Otro aspecto es el arqueológico. La tienda mosaica tiene insustituibles correspondencias con los templetes cananeos, como los exhumados en Ras Shamra[15] y las tiendas móviles de los beduinos[16]. Sin embargo también presenta una influencia madianita, y al parecer, como veremos estos lo tomaron de los egipcios.

El templo hebreo constaba de un espacio abierto y de dos habitaciones cerradas: el santo y el santísimo, donde residía el Arca de la Alianza[17]. Es interesante notar acerca de un descubrimiento en el Sinaí, cerca de las minas de cobre explotadas por los egipcios en el IV milenio a. C.: este sitio es Timna. En el siglo XII a. C. los egipcios mostraron nuevamente gran interés por Timna, pero el lugar fue pronto dominado por los madianitas. Estos estaban unidos por la tradición con los israelitas (Ex 3:1)[18].

Templo de Hathor en Timna, localizado a unos 30 km al norte del golfo de Eilat (Israel)

Templo de Hathor en Timna, localizado a unos 30 km al norte del golfo de Eilat (Israel)

Los egipcios construyeron en Timna un templete a la diosa Hathor (dominio de superficie). Pero el santuario fue resignificado a los dioses madianitas, probablemente del fuego. Lo interesante es que el predio presenta sorprendentes semejanzas con la tienda mosaica. Los fundamentos, aún visibles, muestran un emplazamiento rectangular con dos habitaciones, que pueden corresponder a un cuarto exotérico y otro esotérico, donde solo tienen acceso los iniciados. En su interior se ha hallado una serpiente de cobre (Nm 21: 6-9). De este modo, es posible encontrar la exacta relación existente entre el santuario madianita e israelita en forma de tienda y además del uso de la serpiente como elemento totémico.

En conclusión, no se sabe que tan antiguas sean las fuentes del Pentateuco, pero los elementos egipcios que subyacen en su bloque redaccional son sugerentes y avalan la tradición que Israel estuvo alguna vez o por lo menos tuvo un contacto importante con Egipto que marco sus orígenes.


[1] Para un análisis de las relaciones entre el Génesis y los mitos mesopotámicos véase: S. Fuster, La religión del Antiguo Israel. Perspectivas históricas y fenomenológica, Madrid, 2010. También S. Croatto, Crear y amar en libertad, Buenos Aires, 1984.
[2] Ver en F. Malbran-Labat, Gilgamésh, Navarra, 1983.
[3] La inscripción alude a las palabras de Nabucodonosor II: “Elevaré la cúspide de la torre escalonada de Etemenanki de modo que su cúspide rivalizara con los cielos (…). La construcción ofendió a los Dioses. En una noche derribaron lo que se había construido”.
[4] Como los documentos de Nuzi (siglo XVI a.C.)
[5] El texto de Génesis 12: 1-3, alude a una experiencia de orden místico que tuvo Abraham que lo llevó a abandonar el politeísmo de sus padres y a adorar al dios Yahvé. Sin embargo, en los inicios el monoteísmo profético no estaba bien pulido por lo que es mejor hablar de una monolatría. Este hecho aún no está bien estudiado y sigue quedando en el campo de lo hierofántico.
[6] Croatto propone la existencia de diez documentos separados por la expresión ‘elle toledot, con traducción literal: “estas son las generaciones”. También en P. Andiñach, Estudio del Génesis, Buenos Aires, 1983.
[7] Señalaremos las evidencias recogidas por Archer en G. Archer, Reseña crítica de una introducción al Antiguo Testamento, Michigan, 1987.
[8] Muchos de estos términos también presentan cognados en arameo, árabe y etíope como por ejemplo la palabra egipcia “estimar” hah, del hebreo hasab.
[9] Referencias tomadas de A. Erman y H. Grapow en Worterbuch der Aegyptischen Sprache, Berlín, 1982, pp. 243-244.
[10] En el Museo de El Cairo hay una estela o columna funeraria (JE65444), descubierta en 1935, que tiene la inscripción “Putifar”. En. A. Hamada, «Stela Of Putiphar», ASAE 39 (1939) pp. 273-276.
[11] Quizá mejor “verter”, mw-s (agua del lago/mar), ver en A.Yahuda, The Language of the Pentateuch in Its Relationship to Egyptian, Nueva York,1983
[12] Se sabe que en tiempos de José eran comunes los nombres compuestos con la combinación df. En tiempos de la Dinastía XIV encontramos algunos nombres reales con dicha construcción df; w: Mr-df;R’ Nb-df; w-R’ y Nb-df; w-R’.
[13] K. Harrison, Old Testament Times, Londres, 1957
[14] Del copto eioor.
[15] S. Fuster, Estudios del oriente antiguo, Buenos Aires, 2006.
[16] S. Fuster, Algunas consideraciones de la religión de los árabes preislámicos en www.arqueologos.org/ (24/ 11/2010)
[17] S. Fuster, Arquitectura mística del templo hebreo en www.revistakenos.com/ (24/ 11/2003).
[18] Rogerson, La Biblia, Vol. II, Barcelona, 1993.


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Autor Profesor Sergio Fuster 

 

(Mejora de SEO/Readability/Presentación… 22 de mayo de 2020. No hay cambios en contenidos o ilustración)

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