Entre las diferentes sustancias incluidas en la Lista de Ofrendas del Reino Antiguo una de las más características es el incienso, denotando la importancia que los antiguos egipcios atribuían a esta materia en sus rituales de culto. Una importancia no menor a la de los objetos en los que se quemaba.
Incienso e incensarios
El incienso (sencher), en forma de pequeñas bolas, era corrientemente quemado en un recipiente de fondo plano y boca ancha, usualmente descrito como una “copa” (Gardiner W 10), como puede verse en numerosos ejemplos a partir del Período Arcaico.
El determinativo genérico para el acto de quemar incienso, era esa copa más una llama de fuego entre dos bolitas – que pueden omitirse – sobresaliendo por encima de ella, un logograma que por sí mismo podía denotar el sustantivo común “incienso”.
Existen diversos empleos para esta copa, que recibió muy diferentes nombres de acuerdo al propósito para el que servía, aunque parece cierto que cuando se usaba como un brasero conservó su nombre originario: âb (vars.: ââb o, en escritura grupal, aââbu), que para el Reino Medio se escribía simplemente con el logosílabo â(Gardiner D 36) seguido del determinativo de la copa.
En los llamados “frisos de objetos” de los ataúdes de ese último período, la representación de la copa W 10 está siempre acompañada por un breve texto: jet sencher, “quemar incienso”, indicando el propósito genuino de este recipiente.
A pesar de que el incensario âb es empleado como el usual indicador semántico para sencher en la Lista de Ofrendas, a veces es reemplazado por un objeto campaniforme dotado con sendos mangos en las secciones inferior y superior (receptáculo y tapa, respectivamente).
Es este el recipiente que casi siempre aparece representado en las manos de los sacerdotes que fumigan al difunto, y su función es más restringida que el receptáculo âb, ya que únicamente se usa como incensario.
La inusual apariencia del objeto parece no tener precedente: un contenedor en forma de doble campana con mangos rectos o globulares para la tapa, y recto o ninguno para el receptáculo mismo. Otras formas están desprovistas del mango inferior y la forma del receptáculo no es campaniforme, sino hemisférica o trapezoidal con tapa hemisférica.
¿Dónde y cuándo se originaron estas formas? ¿Evolucionaron de un tipo previo? ¿Sus formatos diferentes pueden ser de alguna ayuda al egiptólogo y al arqueólogo?
Tipología del incensario campaniforme
En la tumba de Nysuqedu y en el mastaba de Imysetikai, en Guiza, así como en el fragmento de relieve (Museo de Hildesheim 3086) de un tal Ânj, la forma que adopta el objeto es la de un incensario cuyo receptáculo es una copa trapezoidal invertida con tapa hemisférica, a la que nos referiremos desde ahora como Tipo I, ya que parece ser la más antigua y similar al incensario âb. Por otro lado, todos los ejemplos conocidos – por nosotros – datan de entre principios y fines de la Quinta Dinastía, cuando parece desaparecer completamente de las representaciones.
Contemporáneo a este tipo, otros derivados de él estuvieron en uso, que darían nacimiento al incensario campaniforme mismo. En la capilla de culto (Museo de Hildesheim 2970) de Uhemkai y en el mastaba (Saqqara, Mariette D49) de Jnumhotep, el objeto aparece como un contenedor cuya parte inferior es hemisférica al igual que la tapa – la cual tiene un mango globular -, i.e., formando una esfera.
Creemos no equivocarnos al ver en este formato el Tipo II, como un paso intermedio hacia el diseño campaniforme definitivo de esta pieza del equipo de culto. De acuerdo a la evidencia gráfica, el mismo no fue sino usado esporádica y raramente durante los comienzos de la Quinta Dinastía, y parece que fue rápidamente superado por el que catalogamos aquí como Tipo III.
El Tipo III es, sin lugar a dudas, el modelo más corriente a partir de la segunda mitad del Reino Antiguo. Los numerosos ejemplos conocidos indican que era el más usado desde comienzos de la Quinta hasta fines de la Sexta dinastías, y que siguió en uso incluso durante el Primer Período Intermedio.
El ejemplo más temprano aparece en el mastaba (Guiza 7391) de Iteti, al que A. Badawy (1973) fechó a fines de la Cuarta Dinastía o comienzos de la Quinta. Nos inclinamos a favorecer esta última datación a partir de otros dos ejemplos (Saqqara, Mariette D45 de Persen; Guiza 4170 de Nykainesu) pertenecientes a dicha época. El resto de los casos es posterior a estos tres y no hemos encontrado ningún testimonio que documente la existencia de esta tipología del artefacto yque pueda fecharse en la Cuarta Dinastía.
Por último, los tipos IV y V devinieron frecuentes – y tendieron a sustituir al III – hacia mediados y fines de la Sexta Dinastía. En el Tipo IV la tapa presenta invariablemente el mango recto en lugar del globular; en tanto, en el V, la tapa ya no existe y la silueta del receptáculo se vuelve más rectilínea en su perfil. La totalidad de ejemplos de ambos corresponde a la Sexta Dinastía tardía, a partir del reinado de Pepi II en adelante.
El equipo ritual en miniatura (Museo Británico de Londres 5315) del sacerdote Idi, fechado como de fines (?) de la Quinta Dinastía por C. Aldred (1965: 58), quizá deba adscribirse con mayor propiedad a fines de la Sexta – como propuso, sin tanta precisión, T.G.H. James (en I.E.S. Edwards, 1971: 159) – en base a los ejemplos representados en los relieves analizados aquí.
Luego de registrar la tipología de los diferentes modelos de incensarios del Reino Antiguo, parece correcto asumir que el formato campaniforme no es sino un derivado del recipiente âb, que en sus orígenes primitivos no era sino una simple “copa” cerámica con múltiples funciones.
La sustitución de un tipo por otro debe haber sido un proceso rápido, pues entre comienzos y mediados de la Quinta Dinastía nos topamos con tres modelos diferentes compitiendo – o desarrollándose – entre sí (Tipos I-III) de manera contemporánea, aunque a partir de mediados de dicha época el Tipo III prevaleció sin discusión.
Para fines de la Sexta Dinastía, sin embargo, aparecieron los Tipos IV-V paralelamente a la continuidad indiscutida del Tipo III, el único que perdurará en tiempos del Primer Período Intermedio. Su gran popularidad y continuidad en el tiempo solamente pudieron deberse a que, de todos estos modelos, fue el que mejor cumplía los requerimientos de la fumigación en la práctica.
¿Incensarios canaanitas o egipcios?
A pesar de su desaparición después de la caída del Reino Antiguo, los Tipos IV-V tuvieron una importancia significativa en la historia de la tipología de incensarios en tiempos posteriores. Un ejemplo similar a éstos puede verse en manos de un príncipe ramésida (K.R. Lepsius, 1972: III, lám. 217a).
A. Spalinger (1978) opinó que el tipo de brasero representado en los relieves militares de la época ramésida no eran típicamente egipcios, y aventuró un origen canaanita para los mismos; sin embargo, una cuidadosa comparación muestra que dichos braseros no son sino una tardía evolución del Tipo V y, en consecuencia, totalmente egipcios en diseño.
¿No será que los canaanitas introdujeron esta forma adoptándola de los egipcios? Luego de los años de firme dominio egipcio en Oriente durante el Reino Nuevo, no sería imposible que objetos de culto egipcios fueran usados por los vasallos de las Dos Tierras. También, es posible que esta forma de incensario o brasero fuera de un tipo extendido por todo el Medio Oriente, pero no hemos llevado la investigación a ese campo por ahora.
De un modo u otro, este diseño aparece en tiempos muy tempranos, más precisamente a mediados del Reino Antiguo, como para endilgarle un origen foráneo.
Inferencias cronológicas
Para concluir, podemos agregar que el estudio del diseño del incensario âb y su evolución nos provee con una clave para la datación de relieves o tumbas del Reino Antiguo, pues racionalmente aplicado puede servir como referencia auxiliar para el establecimiento de una cronología relativa.
Ya vimos el caso del mastaba de Iteti, cuya datación en la Quinta Dinastía temprana puede ser asegurada mediante esta tipología de incensarios, la que cuenta con una buena cantidad de paralelos acreditados a tal época, mas ninguno a la Cuarta Dinastía como pretendía Badawy.
Esta opinión ha sido corroborada por un estudio de Y.W. Harpur (1981) sobre el mismo sepulcro, en el que pasó revista a todas las hipótesis propuestas – que iban desde comienzos de la Quinta hasta la totalidad de la Sexta dinastías –, concluyendo que debía fecharse “muy tempranamente en la Quinta Dinastía”, como fuera sugerido previamente por H.G. Fischer y W.S. Smith, basándose en otros elementos de juicio.
Este hecho apunta a la validez del modelo de tipología de los incensarios que presentamos aquí, y subraya la necesidad de realizar un catálogo completo de los diferentes modelos de incensarios, braseros y quemadores diversos de los antiguos egipcios, apoyando la investigación en las representaciones artísticas, los jeroglíficos y los restos materiales que la arqueología ha recuperado.
[*] La presente es la versión en español, ligeramente modificada, de nuestro artículo “The Bell Shaped Censers in the Old Kingdom”, publicado en Varia Aegyptiaca 1/3 (1985), pp. 131-42. © 1985, 2004, Jorge R. Ogdon. Queda hecho el depósito que marca la Ley N° 11.723 de Registro de la Propiedad Intelectual de la República Argentina. Es propiedad. Derechos reservados.
Jorge R. Ogdon, Miembro Fundador y Director del Centro de Estudios del antiguo Egipto (C.E.A.E.), Buenos Aires (República Argentina), desde 1995 hasta el presente.
Bibliografía Selecta
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