Las mazas
La maza, cuyo antecedente en el tiempo era la vulgar cachiporra, alcanzó niveles de belleza en algunas mazas ceremoniales como la del rey Escorpión, que las convierte en verdaderas obras de arte. Se han encontrado diversos diseños de esta época tan antigua, algunas del periodo Predinástico.
La maza se fabricaba en diversos materiales como venimos diciendo de otras armas y se las encuentra desde hechas con arcilla, a estar talladas en piedra o fabricadas con madera. Las formas adoptadas son diversas, y podemos verlas en un amplio abanico de formas y diseños, tanto de gran elegancia, como muy bastas y apropiadas para su función de machacar. Las podemos encontrar: con el aspecto de un disco, con forma de pera (muy común) (Figura: 22), con forma de diamante tallado, como un carrete o dos discos opuestos, ovales y redondas, de superficie lisa o con protuberancias, con o sin grabados de animales o figuras humanas. Uno de los dibujos que acompaña a casi todas las mazas, es una cruz en la parte más alejada de la mano que coge su empuñadura.
La maza es un arma desequilibrada, con tendencia a que se rompa el mango que la soporta, por lo que era más útil la vulgar porra o las cachiporras de gran tamaño. Este paso a la porra es la evolución lógica en el tiempo, con fines pragmáticos, de esta arma, aunque en la edad media la maza tiene un gran auge. Sin embargo la maza adquiere un sentido político y ceremonial de gran importancia y le viene dada por su contundencia. En el Egipto del que hablamos y en etapas aún anteriores, siempre se representa al rey con una maza levantada machacando las cabezas de los enemigos.
La maza era demoledora y se convirtió en el símbolo de la sumisión absoluta. Esta idea a llevado a la actual situación en la que en ayuntamientos, y otros sitios oficiales, existan los “Maceros”, que en los actos públicos visten ropas especiales y llevan unas grandes y exornadas mazas sobre el hombro en una vistosa representación.
La maza era la segunda arma de muchos soldados, sobre todo del arquero y era el arma que se usaba para rematar a los heridos, hundiendo su cráneo de un contundente mazazo, como puede apreciarse en numerosas epigrafías descubiertas o cuando el rey, en unas representaciones realmente publicitarias, rompe las cabezas de los prisioneros señalando y dejando muy claro su poder.
La maza más avanzada y propia del Egipto antiguo, es la maza doble, en la que la bola propia de la maza va cubierta, en sentido longitudinal, en un punto por un hacha en luna en ¼ creciente que hace de ella un arma con dos posibilidades, ambas de gran contundencia.
Hay otra maza que se ve con frecuencia en representaciones primitivas, que es la maza con forma de mano humana, utilizada según dicen algunos autores, por la policía de la época, sin duda como una alegoría al poder del rey, del cual la maza sería su mano.