V Viajes científicos con beneficios
V-1 Champollion, Rosellini y Lepsius
Foto 31a.- Champolion y Rosellini 31b.- Lepsius
En 1828-29 llegó a Egipto una expedición científica franco-toscana compuesta por 12 arquitectos y varios delineantes, dirigida por Champollion (foto de la izquierda sentado) y Rosellini (misma foto de pie a su lado). Su finalidad era documentar lo que se había descubierto, pero su trabajo fue bastante limitado. Sin embargo, la expedición prusiana dirigida por Karl Richard Lepsius, (foto izquierda) publicó, entre 1842-45, doce volúmenes, “Denkmäler aus Aegypten und Aethipien”, que sigue siendo la obra epigráfica más completa de los monumentos egipcios, acompañada además por cinco volúmenes con los textos. Ahora nos sorprende pensar como estos admirados egiptólogos fueron capaces de arrancar paredes y columnas de la tumba de Seti I. Entonces sólo se pensaba en llenar los museos con valiosas obras.
Foto 32.- Relieve tumba de Seti. a) París, c) Florencia, c) Berlín
Tradicionalmente los dioses recibían al rey a su llegada al más allá y esas imágenes fueron las elegidas por los tres egiptólogos para engrosar, el Museo del Louvre (B7; izquierda), el de Florencia (2468; centro) y el de Berlín (N. Inv. 2058; derecha). La tumba de Seti I es una de las más bellas del Valle de los Reyes. Sus paredes describen el fantasmagórico viaje de Ra por el mundo de ultratumba con una imaginación desbordante. Este viaje solucionaba dos constantes del pensamiento egipcio: el orden cósmico, mantenido por el eterno circuito solar, y la vida eterna, puesto que, cuando el sol se “hundía” por occidente visitaba el mundo de los muertos, a quienes resucitaba con su presencia. Pero no se trata de una visión simplista de un fenómeno astronómico que veían a diario, sino que en sus viñetas se inician temas tan importantes como el mal y el bien, no como un sistema dual, sino como un todo cuya compleja estructura unificaba los dos principios en una sola imagen. La serpiente representa tanto el mal, en la figura de Apofis entorpeciendo el camino de Ra, como el elemento defensor que cobija a al dios en su barca y la protectora del niño Sol naciendo de Jepri.
Foto 33a.- Karomama 33b.- Collar 33c.- Plumas de buitre
Otra maravilla aportada al Louvre por Champolion fue esta preciosa estatua de Karomama, Divina Adoratriz de la Dinastía XXII (N 500). Es de bronce finamente cincelado con incrustaciones de oro, plata y electro. Luce un gran collar y las alas de Nejbet en las caderas. El título de Divina Adoratriz lo porta por primera vez Hatshepsut, pero es en la Dinastía XXI cuando adquiere gran relevancia. En aquel momento el país estaba dividido y desde Tanis gobernaban los faraones el Bajo Egipto, mientras que desde Tebas gobernaban los sacerdotes de Amón el Alto Egipto. Pinedjem I ideó un sistema diplomático para conectar las dos potencias: una hija del faraón pasaría a ser la Divina Adoratriz de Amón, debería permanecer soltera, pero elegiría a su sucesora por medio de la adopción. Estas mujeres llegaron a tener grandes fortunas y a ser más poderosas que el Sumo Sacerdote de Amón.