Consideraciones acerca de la evolución iconográfica del dios Bes
Por Francisca Velázquez Brieva  
8 julio, 2005
Modificación: 28 agosto, 2020
Visitas: 50.674

Baja Época. Dinastías XXVI-XXXI (664-332 a. C)

La Baja Época va a significar la consolidación de la iconografía de Bes, llegándose a una imagen estereotipada del dios que perdurará hasta su final a través del Período Greco-romano. En la Baja Época existen según J. Romano cuarenta y cinco ejemplares de Bes datados por inscripción o contexto arqueológico[101].

El primer dato a destacar de estos ejemplares es que aproximadamente la mitad han sido encontrados en excavaciones fuera de Egipto, la abundancia y tipología de estos hallazgos nos ha llevado a considerar que, al menos una parte de los localizados en el ámbito fenicio, pudieran haber sido allí fabricados, aunque, como hemos podido comprobar, siguiendo fielmente los cánones de los manufacturados en Egipto, donde existen ejemplares prácticamente idénticos de los cuales no contamos con su datación. El segundo dato destacable es que al igual que sucedía en el TPI, los ejemplares datados son muy poco variados y su iconografía bastante clásica, aunque una vez reconocidas las características principales de esta etapa, existen otras representaciones del dios que pueden ser adscritos a ella y que presentan más heterogeneidad.

Desde comienzos de la Baja Época, en la Dinastía Saita (Dinastía XXVI 664-525 a. C.) las representaciones datadas de Bes, por ejemplo la placa encontrada en Ashur[102] (Fig. 28),ya muestran la iconografía que el dios va a presentar prácticamente en lo sucesivo: cara grande y ancha con mejillas redondas muy características atravesadas por dos pliegues que descienden desde las aletas de la nariz, en la parte alta de la barba, hasta uno de los rizos de la misma. Será esta barba dividida en dos cuadrantes, formados normalmente con matas de pelo terminadas en un pequeño rizo que van descendiendo en tamaño según se aproximan a los hombros del dios, una de sus principales señas de identidad. También las dos matas que flanqueaban la boca podían nacer en el área entre la nariz y el labio superior dando lugar a un bigote.

Placa con Bes en altorrelieve. Berlin, SM 22200. J. Padró (asesor) 1999: 747. Baja Época

Fig. 28 – Placa con Bes en altorrelieve. Berlin, SM 22200. J. Padró (asesor) 1999: 747. Baja Época.

Las cejas del dios, espesas y curvas, tienen su comienzo en el puente de la nariz, prolongándose sobre la frente arrugada hasta las sienes donde se estrechan; otras dos o tres arrugas aparecen sobre el arranque de la nariz ancha y chata. La boca de gran tamaño muestra, cuando está abierta, el labio superior fino y horizontal y el inferior en forma de U con la lengua y a veces los dientes visibles, por el contrario cuando la boca está cerrada los labios suelen ser gruesos. Todos estos rasgos dan al dios un ceño fruncido y un aspecto fiero.

El rostro del dios aunque prácticamente ha perdido sus rasgos leoninos, tampoco es del todo humano, se trata de un rostro parecido a una máscara y que huye de representar algo estético, haciendo hincapié en su aspecto apotropaico.

Las orejas son siempre redondas y el pelo forma en la frente el “pico de viuda” que no ha desparecido del todo desde el Imperio Medio, dando lugar a unas formas semicirculares en las sienes del dios generalmente sin decorar, aunque en algunas ocasiones se embellecían con líneas incisas entrecruzadas o en forma de V representando rizos. En la espalda el pelo podía terminar en un único y gran rizo.

El torso del dios es rechoncho y los miembros gruesos pero no musculosos. El ombligo se representa en algunas ocasiones y en inferior número el pene.

Casi todos los ejemplares de Bes en la Baja Época llevan corona de plumas de avestruz, normalmente saliendo de una cornisa cóncava, aunque en alguna ocasión las plumas pueden salir directamente de la cabeza del dios[103], y en otras sólo se presenta la cornisa[104] (Véase fig. 28). La corona adquiere un perfil típico acampanado con las plumas curvadas hacia fuera y la línea superior recta o en arco, representándose las terminaciones de las plumas con gran detalle (Fig. 29).

Amuleto de Bes. Kelsey M. Archeology 71.02.0076. Foto Museo. Baja Época

Fig. 29 – Amuleto de Bes. Kelsey M. Archeology 71.02.0076. Foto Museo. Baja Época.

La desnudez sigue siendo la característica del dios en esta etapa, aunque suele llevar una banda de tela simple y sin decorar anudada a su cintura, a veces reducida a una simple cuerda o cinturón (Fig. 30).

Contenedor de fayenza en forma de Bes. Cleveland M. of Art 1995.13. Friedman, 1998:108 nº 73. Baja Época

Fig. 30 – Contenedor de fayenza en forma de Bes. Cleveland M. of Art 1995.13. Friedman, 1998:108 nº 73. Baja Época.

Una característica de la Baja Época que perdurará en períodos posteriores es la piel de felino, a cuya aparición asistimos a finales del TPI, portada por el dios de una manera especial sin precedentes en la iconografía egipcia (Fig. 31): el dios saca la cabeza por una abertura existente en el centro de la piel, mientras que la cabeza del animal, representada a un tamaño más pequeño que en la realidad, cae sobre el pecho del dios y las zarpas delanteras sobre sus pectorales. En algunos ejemplares las patas traseras de la piel están colocadas sobre los comienzos de los muslos del dios y la cola del animal cuelga normalmente entre las piernas del mismo, sustituyendo a la antigua cola que Bes portaba.

Contenedor de fayenza en forma de Bes. Nueva York, MMA 1989.281.94. Friedman, 1998:108 nº 74. Baja Época Contenedor de fayenza en forma de Bes. Nueva York, MMA 1989.281.94. Friedman, 1998:108 nº 74. Baja Época

Fig. 31 – Contenedor de fayenza en forma de Bes. Nueva York, MMA 1989.281.94. Friedman, 1998:108 nº 74. Baja Época.

Continúa la actitud estándar, que sigue siendo en este período la más habitual, mostrando a Bes en pie, de frente, con las manos en las caderas o en el comienzo de los muslos. Otras posturas que también se constatan son la representación del dios en cuclillas, a veces casi sentado[105] (Véase fig. 30).

Algunos elementos que podemos encontrar en la Baja Época, y que están documentados en la Dinastía XVIII, como por ejemplo la señalización de la caja torácica, la línea central en la melena del dios, el “pico de viuda” etc., pueden ser relacionados con las tendencias arcaizantes evidentes en el arte de este período.

Como vemos hay pocas innovaciones en la iconografía de esta etapa culminando la imagen que se había ido forjando al final del TPI; sin embargo sí es novedad el estilo que a partir de la Baja Época va a imprimirse en la realización de esta iconografía, estilo en el que sobresale el dominio de la línea curva que presenta una nueva estética, frente al tratamiento lineal empleado en el TPI.

En cuanto a los tipos iconográficos, ya pueden datarse en este período los “Bes pantheos” (Fig. 32), figura compuesta por un cuerpo no enanoide al que se añade la cabeza de Bes coronada con cuernos de carnero, una alta corona atef y un uraeus rodeando el disco solar; completan esta iconografía cuatro pares de cabezas de animales que generalmente aparecen saliendo de un lado y otro de la cabeza del dios. El cuerpo posee uno o dos pares de brazos, suele estar alado, a menudo itifálico, y puede presentar una cola de cocodrilo. Esta iconografía continuará con gran éxito en época helenística.

Cipo-amuleto de “Bes Pantheo”.Londres, BM 11821. Andrews, 1994:38 fig. 34 c. Baja Época

Fig. 32 – Cipo-amuleto de “Bes Pantheo”.Londres, BM 11821. Andrews, 1994:38 fig. 34 c. Baja Época.

Aunque la asociación de Bes con los animales no es tan marcada como en el TPI, la iconografía del dios con las serpientes que se remonta al Imperio Medio y había desaparecido en el TPI, reaparece en algunos ejemplares de la Baja Época; así mismo, aunque sea como personaje secundario, destaca la aparición de la cabeza del dios en las estelas de “Horus sobre los cocodrilos”[106], donde Horus niño con los pies firmemente plantados sobre un cocodrilo agarra generalmente dos serpientes, un escorpión y un orix con una mano y dos serpientes, un escorpión y un león con la otra (Fig. 33).

Pequeña estela de “Horus sobre los cocodrilos”. Londres, BM EA 60959. Pinch, 1994:145 fig.77. Baja Época

Fig. 33 – Pequeña estela de “Horus sobre los cocodrilos”. Londres, BM EA 60959. Pinch, 1994:145 fig.77. Baja Época.

Continúa también en la Baja Época con algunas modificaciones la aparición de vasijas con representaciones del dios que veíamos en períodos anteriores[107].

A finales de la Baja Época, en la Dinastía XXX se fecha el mammisi[108] de Najtnebef[109] en Dendara[110], el más antiguo de este tipo de construcciones, en donde el dios aparece presentando su iconografía típica: en pie, frontal, con las piernas arqueadas, los pies vueltos y las manos tocando el comienzo de los muslos, desnudo a excepción de la piel de felino que porta a la manera característica, y llevando su corona de cinco plumas, iconografía que también nos encontraremos en los mammisis posteriores.


[101] Veinticuatro son amuletos, tres moldes de terracota para amuletos y su imagen aparece en una placa y un cipo, así como en relieves que decoran templos, capillas o palacios. La localización y número de inventario pueden consultarse en J. Romano, 1989:170-171.
[102] Berlín, SM (Este) 22200.
[103] Berlín, SM (Oeste) 17882 (vaso cosmético); Romano, 1989 nº 288 (amuleto).
[104] Bruselas, RMAH E. 6673 (escultura); Baltimore, WAG 618 (mueble); Berlín, SM (Este) 22200 (placa) y enDendera. (relieve).
[105] J. Romano, 1989 nº 267 ynota 50.
[106] K. C. Seele, 1947:43-52.
[107] P. Charvat, 1980: 46-51; L. Kuchman, 1982:147-149; Mª C. Guidotti, 1983:42-54 Tipos B1 y N2 nos. 7-76 yMª J. López Grande et alii, 1995:105.
[108] El término egipcio Pr mst(casa de dar a luz), fue traducido por Champollion como mammisi, y aunque pronto se detectó el error, esta trascripción es la que ha prevalecido en lugar de la forma correcta. Se trata de capillas independientes edificadas junto al templo principal del que forman parte. Tienen una cronología tardía, el más antiguo se remonta a Najtnebef (380-362 a. C.). Los mammisis están dedicados especialmente a las diosas madre y a los hijos que allí de ellas nacían.
[109] El Nektanebhj griego.
[110] PM VI:105; F. Daumas, 1959: láms 5 a,b, 14-15,33.

Páginas: 1 2 3 4 5 6 7 8 9

Whatsapp
Telegram