En la ciudad francesa de Toulouse (Tolosa), junto al Canal du Midi y rodeado de un acogedor y refrescante jardín, se encuentra el Museo Georges Labit, dedicado a las artes de Asia y al antiguo Egipto.
El nombre del museo se debe a su fundador, Georges Labit (1862-1899), un acaudalado tolosano, de carácter intrépido, que fue un gran viajero y apasionado por la etnología y el Lejano Oriente. La fascinación de Labit por Asia y por las culturas orientales se materializó en una colección integrada por piezas de la India, China, Vietnam, Tailandia, Pakistan, Afganistan, Laos, Java, Nepal, Tíbet y Japón. La voluntad de Labit fue que esta rica colección pudiera ser disfrutada por sus contemporáneos y por las generaciones futuras, de ahí que decidiera la construcción de un museo para acogerlas. El diseño del edificio fue confiado al arquitecto también tolosano Jules Carbairac (1857-1935), que creó una construcción ecléctica de inspiración morisca, un exotismo muy de moda en la época. En 1921 el hijo de Georges Labit, Antoine Labit, siguiendo la voluntad de su padre, donó el edificio y las colecciones del museo a la ciudad de Toulouse.
Fue en 1959 cuando además de las antigüedades asiáticas, el Museo Labit pasó a acoger antigüedades egipcias, de época faraónica y copta. Se trataba de un conjunto de antigüedades en manos municipales que se exponían hasta ese momento en el Grand Cloître des Augustins y posteriormente en el Museo Saint-Raymond.
Busto de Georges Labit dando la bienvenida a la sección dedicada al antiguo Egipto.
Las antigüedades egipcias pertenecientes a la ciudad de Toulouse tenían orígenes diversos. Algunas eran fruto de incautaciones realizadas durante la Revolución, en Toulouse y en localidades cercanas, como la colección de obispo de Montauban, del cardenal de Benis o del arzobispo de Albi; aunque la mayoría habían sido recibidas a través de diversos legados y donaciones. Entre ellas, por ejemplo, la colección que había conseguido el general Dugua (1744-1862) durante la campaña napoleónica en Egipto. También Alexandre Du Mege (1780-1862), anticuario e historiador, entregó a la ciudad de Toulouse su colección personal de antigüedades egipcias, dotada, entre otras piezas, por diversos sarcófagos como el de la dama Inimennaysnebut. La remarcable colección de Mege, especialmente centrada en el mundo funerario y las creencias religiosas, fue incrementada aún más por la donación en 1846 de 400 amuletos de la colección del conde de Clarac. Todas estas antigüedades, y algunos legados posteriores al municipio de Toulouse, conforman hoy día la colección egipcia que puede disfrutarse en el Museo Georges Labit. A ello sumar alguna compra excepcional emprendida por la Commission Technique des Beaux-Arts de la Ville que en 1973 adquirió, por ejemplo, el Papiro Varille.
En lo que respecta a las antigüedades coptas en los fondos de la colección Georges Labit, derivan de un depósito realizado en 1949 por la Faculté des Lettres de Toulouse. Se trata de diversos tejidos descubiertos durante las excavaciones de Albert Gayet (1859-1916) en la necrópolis del yacimiento arqueológico de Antinópolis.
Y entre los fondos del Museo Georges Labit vinculados a Egipto también se encuentra una colección de fotografías realizadas por Antonio Beato (1825-1903) y una singular colección de postales de principios del siglo XX, muchas de ellas con imágenes fotográficas de monumentos faraónicos. Desgraciadamente ni la colección copta ni los fondos fotográficos pueden verse en exposición.
Un paseo por la colección egipcia en el Museo Georges Labit
La colección de antigüedades egipcias se exhibe en dos estancias en los bajos del edificio. En la primera sala, las más amplia, nos recibe un busto de Georges Labit y muy cerca destaca un grupo escultórico de Imperio Nuevo que muestra la tradicional y conmovedora imagen de una pareja con los brazos entrelazados. También resulta llamativa la colección de amuletos, algunos de gran calidad y bastante raros.
Grupo escultórico conformado la dama Iry y su esposo, de nombre desconocido, acompañados por su hija Renut. En los laterales de la pieza también fueron representados los hijos varones Neferhotep y Nebamensouet. Dinastía XVIII. Posiblemente procedente de Tebas.
Conjunto de amuletos
En vitrinas empotradas en las paredes de la sala se exhiben estelas de diferente tipología y cronología. También puede observarse la cabeza escultórica de un faraón, no identificado, en la que se han conservado restos de un perfil metálico bordeando la incrustación de uno de los ojos. Una estatua cubo de granito completa esta zona expositiva.
Estelas
Cabeza de faraón realizada en granito. Porta la corona del Alto Egipto. Se trata de una de las piezas reunidas por el general Dugua en la campaña unto a Bonaparte en Egipto en 1798.
Estatua cubo de granito, posiblemente de Baja Época.
Al fondo de la sala se encuentra la maqueta funeraria de una barca, característica del Imperio Medio; un gran cofre de ushebtis de la Dinastía XX; unas figuras antropomorfas de madera de finales del Primer Período Intetermedio-Principios del Imperio Medio y una estela votiva del Tercer Período Intermedio, también en madera, que conserva bien la policromía y en la que se muestra al difunto Padiosiris realzando alabanzas a Osiris, Isis, Neftis y Horus.
Maqueta de barca. Imperio Medio.
Figurillas en madera. Primer Período Intetermedio-Principios del Imperio Medio
Estela votiva del Tercer Período Intermedio
En este ámbito hay que destacar una buena colección de bronces que reproducen un amplio repertorio de divinidades egipcias: Isis, Osiris, Sekhmet, Neit, Bastet, Harpócrates… Entre ellas resulta especialmente interesante un pequeño edículo con la representación del dios Amón; también destaca un bonito halcón con incrustaciones en obsidiana y lapislázuli en los ojos, y, junto a los bronces, una delicada cabeza de sacerdote realizada en serpentina.
Vitrina dedicada especialmente a figurillas de bronce que representan a diversos dioses.
Figura en bronce que muestra a Amón dentro de edículo
La segunda sala del Museo Georges Labit nos sorprenden las tapas del sarcófago doble de Inimennaysnebut y la momia de esta mujer, cuya cabeza se presenta desvendada aunque ha preservado un amuleto visible sobre las vendas en el pecho. Un profundo estudio de esta momia, realizado por especialistas de la Universidad de Toulouse, se resume en un breve documental que se puede visualizar en una pantalla de televisor en una pequeña salita habilitada para este fin.
Momia de la dama Inimennaysnebut, hija del portero del dominio de Amón, Pakhaenkhonsu. Dinastía XXVI.
Detalle de la momia de la dama Inimennaysnebut, que aún conserva un amuleto sobre en las vendas sobre el pecho. Dinastía XXVI
Sarcófagos de Inimennaysnebut
En este espacio, empotradas en las paredes, se expone una surtida colección de canopos y un variado conjunto de ushebtis, de diversas épocas y materiales. Algunos de ellos lucen el nombre de faraones relevantes como el del faraón Seti I y Merenptah, y también en estas vitrinas se expone una pieza polémica que según el texto jeroglífico que exhibe perteneció a Qeny, identificado como “Superior de los Siervos del dominio de Atón”. Este ushebti ha generado diversas controversias entre Egiptólogos, como sucede con prácticamente cualquier cosa que tenga que ver con el Período Amarniense; no obstante parece factible que pudiera tratarse de una pieza falsa producida por el artista marsellés Jean-Jacques Rifaud (1786-1852), uno de los principales agentes de Bernardino Drovetti (1776-1852) en Egipto y que debido a su intensa dedicación al mercado de antigüedades conocía a fondo las obras antiguas, lo que le permitía confeccionar con sus propias manos falsificaciones de enorme calidad, con textos perfectamente escritos en jeroglíficos y ajustándose al gusto de los posibles compradores.
Colección de ushebtis
Ushebtis de Seti I, Merenptah y el de Qeny.
Vasos canopos.
Al fondo de esta misma sala, en una vitrina que se extiende de pared a pared, se exhibe el interesantísimo Papiro Varille, que podríamos considerar la pieza estrella del museo. Se trata de un magnífico ejemplar del Libro de los Muertos, de casi cuatro metros de largo y correspondiente a la Época Ptolemaica, cuyos textos se encuentran acompañados de cuidadas ilustraciones.
El nombre de Papiro Varille deriva del que una vez fuera su propietario, Alexandre Varille (1909-1951), profesor de egiptología en la Universidad de Lyon. En realidad se trata del Libro de los Muertos de Tanetamón, hija de un Padre Divino y Profeta del templo de Amón en Karnak, que además ostentó algunos títulos sacerdotales como el de Portadora del Sistro y que debió morir con aproximadamente 35 años de edad.
Papiro Varille o Libro de los Muertos de Tanetamón. Época Ptolemaica.
Museo Georges Labit
C/ Japón 17
31400 Toulouse
http://www.musees-midi-pyrenees.fr/musees/musee-georges-labit/
Sobre la colección egipcia:
http://www.musees-midi-pyrenees.fr/musees/musee-georges-labit/collections/antiquites-egyptiennes/
