Antropología y filosofía egipcia
Por Octavi Piulats Riu
1 agosto, 2017
Modificación: 10 febrero, 2019
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Lo invisible en la antropología

Hemos visto que muchos de los elementos de los que se compone la antropología egipcia eran no suprasensibles (30 ) sino invisibles a simple vista. Ya hemos señalado que no sólo eran funciones abstractas, sino que todas estas partes antropológicas tenían un componente energético y vital de carácter invisible que los egipcios no obstante sabían localizar, y esa localización y seguimiento era posible a través de los sentidos. La técnica y el método para conectar con lo energético se definía en la cultura egipcia como ”Heka” (31 ) , que normalmente se traduce incorrectamente por “magia”. Ciertamente que lo que Occidente definirá como “magia” es una parte de Heka, pero Heka en Egipto es mucho más, constituye uno de lo conocimientos más relevantes de su cultura consiste en saber conducir y canalizar la energía tanto humana como de la naturaleza, normalmente para fines benéficos, por supuesto esta definición no es separable del mentalismo, ni de otros fenómenos de esta esfera como la hipnosis o la videncia que acompañan a Heka.

Pero lo invisible en Egipto no sólo se halla como dimensión añadida u oculta junto a lo visible o natural , sino que lo invisible constituye además y esencialmente un dominio trans-mortem. Lo invisible no sólo esta constituido por fuerzas energéticas y vitales en lo terrenal, sino que se hallaba constituido por una estructura oculta dentro de la naturaleza que los egipcios definen como el país del Duat o reino de Osiris y luego el Cielo o Amenti , en donde viven los Dioses.

Aquí nos encontramos con una extraña paradoja que de nuevo solo puede ser entendida desde la perspectiva intercultural. Cada cultura se orienta hacia una serie de objetivos y dominios y una vez se ha puesto en marcha y ha efectuado decisiones previas, coloca todo su dinamismo en una determinada dirección. La cultura occidental, heredera del mundo greco-latino en el Renacimiento decidió claramente orientarse hacia lo visible y lo material y elevó un posible paradigma científico como el físico-matemático a verdad absoluta. En esta carrera para dominar lo visible y la materia, Occidente ha llegado incluso a forzar en el siglo XX los limites impuestos por la misma estructura de la naturaleza al hombre. La aventura occidental de dominar el microcosmos a través del microscopio, y la teoría eléctrica de la materia ha llegado hasta la división de lo indivisible o sea del átomo y la sorpresa negativa de la energía atómica. La otra rama de la aventura ha sido el dominio del macrocosmos, con la mecánica sideral y los viajes al espacio exterior a través de lanzadores y la conquista de la Luna. También aquí Occidente ha rozado limites de la naturaleza y ha llegado a dominarla casi forzando a las leyes gravitatorias con ingeniosos recursos técnicos.

Egipto fue una cultura que tomó el camino exactamente opuesto a Occidente, se orientó con interés desmesurado hacia el espíritu y lo invisible en toda sus manifestaciones. A Egipto no le interesó la parte externa de la naturaleza sino básicamente la INTERIORIDAD de lo humano, por eso la cultura egipcia es básicamente antropológica. Los sacerdotes egipcios trabajaron el microcosmos y el macrocosmos no solo en su dimensión visible sino básicamente en su dimensión sutil e invisible. El centro de sus estudios fue el fenómeno de la muerte, al igual que en Occidente en el caso de la carrera espacial en Egipto se fue tan lejos como para investigar que ocurría tras la muerte física. El egipcio descubrió que tras la muerte ocurren junto a la corrupción de la materia, una serie de fenómenos hiperfísicos y que la conciencia no se apaga totalmente tras el óbito; la experiencia egipcia en este campo afirma que existe una DISLOCACION radical de los diversos elementos concienciales humanos, e incluso una extinción de algunas partes psicológicas, pero un mantenimiento conciencial inidividual. Además creyeron según sus experiencia y su mentalidad que las partes energéticas y psíquicas que permanecen evolucionan interiormente antes de asimilarse a la naturaleza, sobre todo que la conciencia realiza una especia de inversión de su biografía, y recuerda a través de una evolución sus aciertos y errores en relación con las actuaciones morales terrenas .

De forma parecida a Occidente en el siglo XX , los egipcios se propusieron ir hasta el limite de ese conocimiento e incluso vadear algunas de sus leyes a través conocimientos hiperfisicos. Desarrollaron una serie de técnicas entre las cuales la momificación es sólo es la más conocida, y otras de carácter psico-energético que supuestamente permitían que esa evolución post mortem y ese aprendizaje y reflexión posterior fuesen controladas e incluso dirigidas desde lo terrenal. En esto consistían en parte los conocimientos de los misterios de Osiris y sus iniciaciones . Todo este conocimiento, de cómo tras el fenómeno de la muerte física, el ser humano con los correlatos concienciales que aún permanecen puede evolucionar hacia otra dimensión y sortear los peligros y las involuciones de su propia vida interior se halla tematizado en forma simbólica en el Libro de los Muertos centrado en la psícostasis y la confesión negativa . Sin entrar ahora en la complejidad de los textos y desde nuestra óptica hay que decir que uno de los propósitos esenciales de las fórmulas de autoayuda de los capítulos dirigidas al difunto, se centran en la reconstrucción de una cierta identidad antropológica, con el fin de que la evolución espiritual post-mortem sea rápida y posible. No obstante técnicas como la momificación y la liturgia de las tumbas, según la mentalidad egipcia persiguen en última instancia mantener un hilo conductor entre el difunto y Egipto, para beneficio material del país del Nilo.

Es interesante señalar que los Textos del “Libro de los Muertos” con el viaje del difunto hacia una extraña realidad primero inferior y luego superior (infierno y cielo) tal como están escritos se asemejan mucho metodológicamente a lo que los expertos actuales en chamanismo como por ejemplo , Castaneda o Harner (32) definen como “Una realidad no ordinaria” ; uno tiene la impresión leyendo los textos del viaje funerario, que el egipcio utiliza los dos planos de la conciencia: la conciencia ordinaria y una conciencia no ordinaria. Y que la geografía del país del Duat proviene de esas alteraciones de conciencia y del viaje chamánico De esta forma entramos en la cuestión de si el conocimiento egipcio del Duat ha estado mediatizado por estupefacientes u otras sustancias, aspecto que aquí no podemos desarrollar.

De esta forma lo invisible se constituye en Egipto no como un conocimiento tangencial, sino central en la elaboración de su cultura y sobre todo de la antropología. La existencia de otra dimensión, cambia toda la perspectiva de lo visible. Lo escatológico y lo profético entran por primera vez en la cultura humana, ciertamente no debido a una “conciencia infeliz” de tipo hegeliano , sino como producto de una larga investigación espiritual y mental de carácter netamente chamánico .

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