Tocados, peinados y pelucas del antiguo Egipto
Por Rosa Pujol
2 agosto, 2004
Modificación: 10 junio, 2020
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“El barbero está afeitando hasta el final de la tarde,
tiene que conducirse a sí mismo a la ciudad;
tiene que llevarse a sí mismo a su esquina.
tiene que ir de calle en calle,
buscando a alguien a quien afeitar
agota sus brazos para llenar su estómago
y como la abeja, se come lo que ha trabajado”

Sátira de los Oficios, Din. XII

Aunque por regla general encontramos las caras de los hombres perfectamente rasuradas, hay algunos ejemplos de que en algunos momentos estuvo de moda lucir un bigotito o incluso dejarse crecer la barba natural.

En el Imperio Antiguo vemos que era corriente que los hombres llevaran un bigote muy fino sobre el labio superior. Ahí tenemos al príncipe Rahotep, en su famosa estatua que está en la mente de todos. Tanto el peinado del príncipe como el bigote le da el aspecto de ser como cualquier egipcio actual que podemos ver por la calle.

Igualmente en el caso del faraón Djoser, lo vemos en su estatua del MEC representado con dos características curiosas. Una es el bigote. Otra que el paño de cabeza tiene las puntas en pico por delante, cuando siempre se representan redondeadas.

Tapa de vaso canopo representando un hombre con barba azul. Museo Nacional de Bruselas – E4353

Tapa de vaso canopo representando un hombre con barba azul. Museo Nacional de Bruselas – E4353.

Creemos que el hecho de que los egipcios comenzaran a dejarse crecer la barba no fue más que una influencia extranjera y pasajera. Realmente el clima de Egipto no invitaba a llevar barba. Pero aún así, debemos pensar que los antiguos egipcios eran tan prisioneros de la moda como lo podemos ser en la actualidad, y hemos encontrado algunos ejemplos de hombres con barba. Si bien es verdad que se trata de máscaras o tapas de sarcófago, lo cual podría ser una simple representación, y en la vida real fueran afeitados.

Estas supuestas barbas solían ser azules o azuladas, para imitar el cabello de los dioses que se suponía de laspislázuli. No obstante, durante el Reino Nuevo parece que se puso de moda que los nobles llevaran una pequeña perilla cuadrada.

Sennefer con perilla cuadrada - TT96 – (Gurnah)

Sennefer con perilla cuadrada – TT96 – (Gurnah).

En el contexto funerario había una curiosa costumbre relacionada con la barba. Todos sabemos que el luto duraba los setenta días que el cuerpo del difunto debía permanecer en natrón para su momificación. Pues bien, durante todo ese tiempo el primogénito del fallecido no se adeitaba en señal de duelo. Frecuentemente vemos en las decoraciones de las tumbas que el personaje que hace de sacerdote sem, que suele ser el hijo mayor, lleva la cara ensombrecida por la barba crecida, y también lleva una pequeña perilla. .

Pero aún hay otra curiosidad relacionada con los cabellos y el contexto funerario, en este caso relacionado con la muerte de animales domésticos en el seno de una familia. Según Herodoto cuando moría un gato de muerte natural, todos los habitantes de la casa se rapaban las cejas a navaja. Y si el animal que moría era un perro se rapaban la cabeza entera.

Otra cosa sería la barba postiza real. Estas barbas pueden ser de diferentes estilos. En primer lugar tendríamos la barba de los vivos, que era de aspecto más bien grueso y cilindrico y recta. El final estaba cortado de modo más o menos cuadrado. La barba recta representaba siempre a un personaje vivo.

Por el contrario si el personaje representado estaba muerto, la barba se hace más delgada y se curva hacia arriba imitando la barba de los dioses. Es decir, solo los dioses antropomorfos y quienes han podido alcanzar la gloria lucen la barba curvada. Con el paso de los siglos también estas barbas fueron presentando fantasias, y las barbas postizas se trenzaban u ondulaban imitando las barbas de los extranjeros. Igualmente en los sarcófagos no solo los faraones aparecían con la falsa barba curvada de los dioses, sino que los personajes ordinarios también la llevaban para significar que habían alcanzado la inmortalidad. Y aunque sea algo muy sabido, no dejaremos de mencionar a la reina Hatshepsut, quien se hacía representar con barba postiza para reforzar su posición de faraón.

Estamos hablando de barbas postizas que solo se usaban para determinados ceremoniales, o para demostrar el poder del faraón. Estas barbas se sujetaban con unas cintas que iban por detrás de las orejas. En las estatuas vemos frecuentemente representadas estas cintas, ya que no trataban de aparentar que la barba era suya. Entre otras cosas porque este elemento no estaba fabricada con pelo, sino con lapislázuli.

La barba se consideraba sinónimo de fuerza, de ahí su uso como demostración de poder. Incluso se han encontrado amuletos con la forma de barba real en algunos enterramientos. Suponemos que serían un amuleto que otorgaria fuerza y poder a quien lo poseyera. Se discutió mucho sobre si estos amuletos representaban la barba o el mechón de juventud como símbolo de regeneración, pero en una lista de amuletos del Papiro Mc Gregor constan claramente como amuletos de falsa barba.

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