Campaña de Egipto contra Judá e Israel
Una vez consolidó su poder; sobre el año 925 a.C., Sesac inició una rápida campaña ofensiva contra las principales ciudades fortificadas de Palestina. Sometió a los hebreos y se apropió como narra la Biblia de los tesoros del Templo y del Palacio real de Jerusalén.
Para poder entender el éxito de la incursión de Sesac tenemos que observar la situación por la que pasaban los israelitas, situación que queda patente en la propia Biblia.
Tras la muerte de Salomón sobre el 928 a.C., la monarquía israelita se dividió en dos reinos. Por una parte el reino septentrional de Israel formado por diez tribus y cuya capital estaba en Siquem y por otra el reino meridional de Judá; y mientras este último mantuvo una cierta estabilidad, el reino del Norte se vió sacudido por disturbios constantes y amenazado por Damasco y Asiria.
Es imposible obtener con total precisión las fechas de los reinados de los monarcas de Judá e Israel, algunos autores como W.F. Albright sitúan a Roboam (primer gobernante de Judá) entre el año 922 y el 915 a.C., pero otros inician el periodo de la monarquía divida a partir del año 928 a.C.
La Biblia justifica la inestabilidad de Israel por el carácter pecaminoso de Jeroboam (III Reyes cap. 12, vers. 28-33 y cap. 13. Vers. 33-34). Los libros de los Reyes son importantes, pero contienen escasa información sobre Sesac, sin embargo además de los Reyes en la Biblia tenemos los » Paralipómenos «.
Los Paralipómenos son dos libros canónicos e históricos que forman un suplemento de muchos hechos que aparecen omitidos o incompletos en los libros de los Reyes. Estos dos libros tradicionalmente se han atribuido a Esdras. San Jerónimo en sus dos obras » Praefat. In Paralipom ad Domnion et Roggatian » y » Epist. CII ad Paulin » señala la importancia de estos libros para completar los pasajes de los Reyes.
Así por ejemplo en el segundo libro de los Paralipómenos en su capítulo doce, versículo segundo al noveno se dice:
«Y en el año quinto del reinado de Roboam, Sesac Rey de Egipto subió a Jerusalém ( porque había pecado contra el Señor )»
«Con mil doscientos carros y setenta mil de a caballo y era sin número la gente que había venido con él de Egipto, es a saber, los de Libia y los trogloditas y los de Etiopía «. (Según los historiadores Plinio y Estrabón esos trogloditas eran pueblos de Etiopía, debajo de Egipto hacía el Mar Arábigo y Rojo ).
«Y tomó las ciudades más fuertes de Judá y llegó hasta Jerusalén»
«Y el profeta Semeías se presentó al Rey de Roboám y a los principales de Judá, que se habían congregado en Jerusalén, huyendo de Sesác y les dijo: Esto dice el Señor: Vosotros me habéis abandonado, pues yo también os he abandonado en manos de Sesac»
«Y consternados los príncipes de Israel y el Rey, dijeron: Justo es el Señor «
«Y habiendo visto el Señor que se habían humillado, vino la palabra del Señor a Semeías, diciendo: » Por cuanto se han humillado no los destruiré, antes les daré un poquito de socorro, y no goteará mi furor sobre Jerusalén por mano de Sesac»
«Esto no obstante le servirán, para que sepan la distancia que hay entre servirme a mí y servir a los Reyes de la Tierra»
Esto último se ajusta a una posterior donación de tributos y riquezas a Sesac a cambio de no destruir la ciudad.
«Retiróse pues Sesac Rey de Egipto de Jerusalén , llevándose los tesoros de la casa del Señor y de la casa del Rey, y llevólo todo consigo, y los broquetes de oro que había hecho Salomón»
Aunque la Biblia se centra principalmente en la invasión de Jerusalén, este relato es verídico e histórico y la campaña de Sesac contra Palestina ha sido claramente corroborada por los hallazgos arqueológicos en Egipto y en Tierra Santa.
En el Templo de Karnak podemos ver en la parte exterior del pórtico de los bubastitas, un relieve triunfal, cuyas inscripciones detallan una lista de más de ciento veinte ciudades sometidas por Sesac entre ellas se encuentra Gaza, Sharuhen, Arad of Beth- Yerhoam, Gran Arad, Gezer, Gabaón, Gabaa, Aialón, Samarain, Mahanaim, Penuel, Siquem ( capital del reino de Israel ), Tirsa, Soco, Borim, Betsan, Taanach, Megiddo y Sunem entre otras.
Relieve en Karnak que conmemora las victorias de Sheshonq I. Foto: Archivo documental AE
El profesor Menahem Haran de la Universidad hebrea de Jerusalén en su obra Temples and Temple Service in Ancient Israel dice que las tropas del faraón fueron desde Aialón hasta Belorón y Gabaón y desde allí partieron hacia el Nordeste hasta Samaraín, descendiendo al valle del Jordán en Sucot. El profesor Menahem Haran localiza la campaña de Sesac en el reino del Norte y ciertamente la mayoría de las ciudades sitiadas por las tropas egipcias están en la zona Norte, pero también hubo bastantes zonas del Sur destruidas por Sesac, como fue el caso de Tell Berseba, ciudad construida a finales del siglo XI a.C. y amurallada bajo el reinado de Salomón.
Los documentos egípcios dan a entender que el faraón procedía de la principal ruta de Sur a Norte, manteniéndose al Oeste de la línea fortificada de Roboam y girando posteriormente hacia el Este en un ataque en dos fases a Jerusalén.
La ruta principal a Eziongeber en el Golfo de Aqaba, que iba desde Aroer hasta el actual Sede Boquer, había sido protegida por Salomón mediante la construcción de fuertes y puestos fronterizos, los cuales también pudieron haber sido destruidos por Sesac.
El poder de Sesac fue reconocido en Palestina y las ciudades conquistadas le rindieron tributos. Parece que este fue el caso de Jerusalén, la cual sacrificó riquezas del Templo y del Palacio, para que la ciudad no fuese destruida. Por eso la Biblia dice:
«Y llevóse los tesoros de la casa del Señor y los tesoros del Rey, y saqueólo todo: y asimismo los escudos de oro que había hecho Salomón»
( III Reyes cap. 14, ver. 26 )
Pero aunque del texto parezca desprenderse la idea de que el propio Sesac entró en Jerusalén, no está claro que sucediera así y un amplio sector entiende que el faraón no llegó a entrar en la ciudad y tampoco se apropió de las principales reliquias sagradas del Templo ( tal vez porque estas fueron ocultadas como por ejemplo el Arca de la Alianza ). Otros como Michael S. Sanders piensan que Sheshonq I, nuestro Sesac de la Biblia, se apoderó del Arca de la Alianza y la llevó a Tanis. En la película dirigida por Steven Spielberg » En busca del Arca perdida » ( 1.981 ), el protagonista Indiana Jones encuentra el Arca de la Alianza en Tanis. El destino de los tesoros apropiados por Sesac bien pudo ir en forma de ofrenda a los dioses de Egipto, bien parte pudo ser fundido para crear objetos egipcios. Dicen que cuando Osorkon I, hijo de Sheshonq I, alcanzó el trono, él ofreció trescientas ochenta y tres toneladas de oro y plata a los templos de Egipto. Es muy probable que tal cantidad le vendría heredada de su padre.
Por otra parte, Pierre Montet descubrió en Tanis un sarcófago de plata maciza del nieto de Sesac, Sheshonq II. Es probable que la plata utilizada para crear este sarcófago provenga del botín obtenido por Sesac durante su campaña contra Israel y Judá. Lo mismo podemos decir de una pulsera y un escarabeo de oro que pertenecieron a Sesac.
Aunque el pago de tesoros a cambio de no destruir la ciudad, supuso un duro golpe para el reino de Judá, para el reino de Israel fue demasiado, hasta el punto, que la invasión de Sesac pudo haber sido una de las causas que provocaron que Jeroboam trasladara su capital de Siquem a Penuel, en Transjordania.
El poder de Sesac fue reconocido en lugares tan lejanos como Biblos, donde los fenicios reconocieron su autoridad y se mantuvieron fieles a la Dinastía. El nombre de Sheshonq y de sus sucesores llegó a conocerse incluso en la Península Ibérica ( España ), pues el comercio fenicio llevó hasta las costas de Almuñecar ( Granada ), vasos de alabastro con los jeroglíficos de estos faraones.
Otras pruebas no bíblicas del alcance de la incursión del faraón son la columna o estela de la victoria de Megiddo y la estatua sedente de este rey en la libanesa Biblos.
