En una reciente entrevista realizada a Hartwig Fischer, actual director del Museo Británico, ha desvelado que el museo se está planteando la reorganización de su espacio expositivo, con el objetivo de conseguir más coherencia.

A Fischer le preocupan especialmente las colecciones de antigüedades de las culturas de Mesopotamia, Egipto Antiguo, Grecia y Roma, que constituyen más de la mitad del espacio expositivo del museo y que se encuentran divididas en dos plantas. En el caso de Egipto, Fischer afirma que es complicado conseguir una visión integral de esta civilización, ya que «las esculturas están en la planta baja, pero las momias y objetos más pequeños, que dicen mucho sobre la fe, la sociedad y la vida cotidiana, están en el primer piso».

Si se ponen en marcha las ideas de Fischer se ampliará las sección dedicada a la prehistoria, y también se daría espacio a las colecciones de Oceanía, Australia, Sudamérica y África. Es factible que se reduzca el número de antigüedades ahora expuestas en el ámbito de las civilizaciones antiguas, ya que Fischer considera que tanta densidad en las vitrinas dificulta la comprensión de estas culturas y resulta poco clarificadora.

Se calcula que la realización completa del proyecto podría extenderse al menos una década. Durante las remodelaciones no se cerrarían las puertas al público, pero se tendría que reorganizar el flujo de visitantes y es factible que algunas áreas cerraran temporalmente.

Las ideas de Hartwig Fischer aún son muy preliminares y deben ser estudiadas con profundidad. Si llegan a ponerse en marcha implicaría el cambio más profundo vivido en la organización de las salas del mundo antiguo en el Museo Británico.

Reseña de Susana Alegre García