Las grandes composiciones en las tumbas reales
Por Enrique Fernández de Córdova 
1 noviembre, 2005
Tumba de Ramsés I V en el Valle de los Reyes. Foto: Susana Alegre
Modificación: 16 mayo, 2020
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Las grandes composiciones en las tumbas reales – El Libro del Amduat, el Libro de las Puertas, el Libro de las Cavernas, el Libro de la Vaca Celeste, el Libro de la Tierra, así como también El Libro de la Noche y el Libro del Día, normalmente descritos en los techos de las tumbas- tienen una posición bastante apartada en la literatura religiosa de Egipto. Por primera y última vez en la historia del desarrollo religioso en este país, entre los siglos XVI y XV a. C., encontramos no sólo una colección de declaraciones como los llamados Textos de las Pirámides, sino verdaderas composiciones. El tema principal de todos estos “Libros” es que la vida y la muerte son un proceso continuo, en el que “la Vida engendra Muerte y la Muerte da lugar a la Vida”.

Tumba de Nefertari, Valle de las Reinas. Foto: Archivo docuemental AE. 

Este proceso está personificado por las dos figuras sobresalientes del Panteón egipcio: el dios Sol Ra, el dios viviente que desciende dentro de la muerte; y el dios de la muerte, Osiris, que asciende y vuelve a la vida. En la tumba de la Reina Nefertari, esposa de Ramsés II, hay una bien conocida representación del dios Sol muerto, como un cuerpo momiforme con la cabeza de un carnero, acompañado de una inscripción, que se lee de derecha a izquierda:

Este es RA que descansa en Osiris.
Este es Osiris que descansa en RA.

En todos estos Libros se usan alusiones mitológicas como un lenguaje especial para explicar las diferentes etapas de los procesos de muerte y regeneración. El proceso es siempre el mismo, pero se describe de formas muy diversas, según lo visto desde diferentes ángulos de significación. Algunas veces se pone un énfasis especial en el pasaje de una etapa a otra, que se simboliza al atravesar las horas de la noche y las puertas o las cavernas, dependiendo de la composición; en otras ocasiones el énfasis se encuentra en el propio proceso de transformación del cuerpo muerto del dios Sol en una nueva forma viviente, o, en utilizar el lenguaje de símbolos, como en el pasaje de Atum, la carne de RA, o el escarabajo que lleva el disco solar.

En estos importantes textos religiosos estamos dando una descripción de las muchas analogías y complejos modelos de relaciones urdidos en este tema de la trasformación de la muerte a la vida. Particularmente esto es evidente en el Libro de las Cavernas, donde encontramos al dios Sol Ra, fuente de luz y de vida, descendiendo al dominio de Osiris, a quién revive con sus palabras de poder y con la luz de su disco. El Sol es el poder que trae de nuevo a la vida no sólo a Osiris, sino también al difunto, en este caso el Osiris-Rey, que, a través de la intervención del dios Sol y la participación en los misteriosos ritos de resurrección, se convierte en un nuevo sol, un Osiris que se alza como Ra. Se nos quiere dar a entender que no solamente es Osiris Señor de la DUAT y dios de las regiones de los muertos, sino que representa también un prototipo de resurrección, un símbolo de vida imperecedera. Esto aparece claramente reflejado en el pasaje en el que el dios Sol describe el propósito de su descenso al Horizonte Occidental:

Mirad, entro en el bello Occidente para cuidar de Osiris, para saludar a los que están en Él. Yo coloco a sus enemigos en el lugar de ejecución, ordeno a los que están en su séquito, ilumino la oscuridad de la cámara misteriosa para el Rey N. (Libro de las Cavernas, división 1, dirigido a las tres serpientes)

Yo cruzo los misterios de las tierras del Occidente. Hago que los bas sean…. y que sean [sublimes] en sus cuerpos, después de que los he hablado. (Libro de las Cavernas, división 2, dirigido a los doce dioses que están en sus ataúdes)

En la División 3 Ra se dirige a Osiris y a aquellos que van en su séquito:

¡Oh Osiris, cuyos lugares son misteriosos, cuyo Ba vive, que está en su ataúd. Oh mi cabeza, mi ojo, mis misterios, mis imágenes, mi cadáver, mis formas que están en el séquito de Osiris en los lugares misteriosos en los que reposa, a quien el Grande (nombre de la serpiente) que está en su caverna rodea y guarda sus misterios. Mirad, yo entro, yo me encargo de vuestros asuntos, (dirigido a los cuatro dioses que adoran), de tus misterios, (dirigido a Osiris dentro de la serpiente), [tú, que] descansas en tu lugar, como tú eres el que ha salido de mí mientras que yo [hago que] veas los rayos de mi disco.

Como Osiris recuperará nueva vida de Ra, así querrán todos los muertos juzgados y justificados ser resucitados a través de Osiris, el único dios, El Oculto, que contiene en él mismo el poder misterioso de renacer en una nueva existencia.

En el Texto de introducción que precede a la división 6 el dios Sol dice:

Oh Dioses, estos dioses que están en la Caverna de la Misteriosa. Mirad, yo paso cerca de vosotros. Haced un gesto de sumisión delante de mí, retirad vuestros brazos, que mi disco ilumine a la Misteriosa, que mi luz pase hacia los que están en mi séquito, que mis cuerpos puedan ser iluminados [lo mismo que] mis formas [en] sus grandes cavernas, que yo pida mirando a OSIRIS, para que sean creadas las cosas que están en Él.

Este proceso de trasformación de la vida a la muerte y de la muerte a la vida fue también el tema del sagrado festival anual de Osiris que se celebraba en la localidad de Abidos. Los misterios que tenían lugar son realmente poco conocidos. Resulta, por consiguiente, interesante un cuidadoso estudio de los textos y representaciones del Libro de las Cavernas, que nos podría indicar que en esta composición aparece un texto misterioso que trata en profundidad estas sagradas trasformaciones.

Mientras que los mitos de Osiris y de Ra son los principales temas de los textos, son igualmente numerosas otras alusiones mitológicas. Vamos a dar aquí una descripción de las principales.

A pesar de que el dios Sol es el creador del mundo, es devuelto a la vida todos los días por la diosa del cielo Nut que lo traga en cada atardecer. Al principio de los tiempos Nut, el cielo, descansaba abrazada por GUEB, la tierra, pero Shu, el aire, se interpuso entre ellos y los mantenía a distancia 360 días al año. No obstante Nut y Gueb logran reunirse durante los cinco días restantes, llamados ‘epagómenos’, y mantienen relaciones carnales en las que Nut queda fecundada, dando a luz al dios Sol, que desde entonces pasa por el día a lo largo de su cuerpo y viaja por la noche dentro de ella. Durante el día, en la bóveda celeste, el dios Sol es llamado Ra u Horus del Horizonte, siendo representado como un hombre con cabeza de halcón. En el cielo inferior, en la región de la noche, es el dios del entorno y el Sol muerto, Atum o la carne de Ra, personificado como un hombre con la cabeza de un carnero.  Renacerá como Jepri, el que llega a la existencia, el Sol visible en el horizonte oriental al amanecer – simbolizado por un escarabajo que lleva un disco.  Este proceso de venir a la existencia nuevamente aparece ilustrado por símbolos tomados de los mitos de Osiris. Como Osiris, el buen Rey, fue asesinado por su hermano Seth, quien despedazó su cuerpo. Su mujer Isis, con la ayuda de su hermana Neftis lo recompuso y lo resucitó. De esta manera el dios Sol Ra durante su travesía recompone su cuerpo y resucita en el horizonte oriental del cielo. Como Orión, la constelación identificada con Osiris, que pasa parte del año en la DUAT y otra parte en el cielo superior, así Ra, después de pasar a través de la región de la noche, aparece de nuevo en el cielo. Ra es al mismo tiempo el nuevo gobernante del universo, el joven Horus que lucha contra los poderes de la oscuridad, la serpiente Apep, y queda finalmente justificado ante la corte de dioses.

Hay también numerosas alusiones a un antiguo mito según el cual el ojo de Horus fue desgarrado en fragmentos, como el cuerpo de Osiris, por el maligno Seth, pero más tarde fue encontrado y milagrosamente recompuesto, y ‘rellenado’ por el dios ibis Thoth, para convertirse de nuevo en el ‘Sano’ o ‘Completo’ el ojo-Udjat

Un texto importante del Reino Medio alude a este mito:

Para permanecer sobre la tierra, para ser un espíritu en la necrópolis, para ir a los Señores de Heliópolis, para ascender al cielo, para entrar en la Duat.
Sabiduría de los Espíritus de la Fiesta del Primer Día de la Luna Nueva. Para entrar en la casa de Osiris en Busiris.
¿Quién es el que va a este Ba?
¿De dónde es él que va a este Ba?
Sobre el que es alta la tierra, una cosa que no se sabrá
¡Ábreme!
Yo soy el que conoce al Único a ser Glorificado, Yo soy el que guarda las cosas secretas…
Yo conozco lo que fue dañado en el ojo de Teby* en el día en el que sus partes fueron contadas, cuando la luz fue más poderosa que la oscuridad: la quinta parte de un ojo y la mitad completa que pertenece a él que cuenta sus partes, entre el ojo completo y el dañado.
¡Ábreme!, ¡Oh tú que estás en el primer día de la Luna Nueva!
Yo soy el que hace que el ojo esté nuevamente completo, mejor que el sacerdote que embalsama en este santuario.

* “El ojo de Teby,” una antigua designación del disco solar ya mencionado en los Textos de las Pirámides.

Las diferentes partes del “Sano”, el ojo-Udjat, fueron con frecuencia usadas como símbolos de subdivisiones del celemín de grano, con la falta de 1/64 presumiblemente a ser suministrado mágicamente por Thoth.  El ardiente ojo del Sol es también la diosa Hathor, una emanación de la cólera divina, mandada para castigar las rebeliones del género humano.  Según otro mito, aludido en la División 4 del Libro de las Puertas, fue desde el ojo de RA que los hombres (rmt), la gente de Egipto, salen como lagrimas (rmy) de sus ojos.

Porque vosotros sois las lágrimas de mi Glorioso Ojo en vuestro nombre de Hombres. (Un juego de palabras con rmy, “lagrimas”y rmt, “hombre”).

Pero la principal característica de todas estas composiciones es la progresión, la travesía del Sol muerto a través del dominio de la oscuridad, la Duat, que de nuevo es el cuerpo de su madre Nut, como cielo nocturno. Allí dentro, en la oscuridad el dios tiene que pasar a través de puertas y cavernas guardadas por serpientes, en las que descansan los cuerpos muertos de divinidades que están en sus propias formas pasadas. Los difuntos vuelven a la vida de nuevo cuando él pasa cerca, y sus Bas, más tarde representados como pájaros con cabezas humanas, se unen en el seguimiento del dios Sol. En otras palabras, el dios reúne de sus formas pasadas una nueva energía para un nuevo nacimiento. Al mismo tiempo juzga y castiga el mal simbolizado por los enemigos, y por el enemigo acérrimo que trata de impedir su progresión, la serpiente Apep.

En el Libro de las Puertas el dios Sol viaja en una barca arrastrada por cuatro habitantes de la Duat. En el comienzo de la travesía el Sol entra en las montañas del occidente, donde recibe la diadema del poder, mientras que su cuello y cabeza, como símbolo de su poder creativo, son adoradas por los dioses de Occidente. La barca entonces pasa a través de doce divisiones marcadas por puertas guardadas por guardianes y serpientes que escupen fuego. Además de las puertas, otra característica que distingue esta composición es la cuerda, símbolo que aparece en muchas divisiones. Con esta los dioses de la Duat miden los campos de los bienaventurados y el intervalo de vida de los espíritus. Con las palabras nacido en su corazón el dios crea, en la cuarta división, los denominados, esto es, la esencia, de las cuatro razas de la humanidad- egipcios, libios, asiáticos, negros. El punto medio del libro es la Sala de Osiris, donde los difuntos serán juzgados. Las viñetas se acompañan con inscripciones enigmáticas que acentúan su importancia y carácter misterioso. Desde aquí, el proceso de regeneración se acelera. Las fuerzas del mal, como los enemigos de Ra, son primero atados a los siete postes con la forma del cuello de Ra, simbolizando el poder creativo del universo; entonces son entregados a la ardiente serpiente Jety y el enemigo Apep es finalmente encadenado.

Dioses con Cuerda y las cuatro Razas de la humanidad. Libro de las puertas 4ª División 5ª Hora

Dioses con Cuerda y las cuatro Razas de la humanidad. Libro de las puertas 4ª División 5ª Hora.

De los anillos de la serpiente sale un halcón, el Horus de la Duat. La cara del disco que viaja en una barca está acompañada por dioses que llevan estrellas. La dualidad, las fuerzas del bien y del mal, Horus y Seth, están reconciliadas y ahora constituyen una única figura. El “completo” –el ojo-udjat del dios Sol- aparece ahora con los remeros del dios, junto con las diosas de las horas; tiempo y energía. Propulsarán la barca hacia el horizonte Oriental. En este punto se gana la batalla en la Duat, ya que algunos dioses están anunciando al dios en el horizonte, y sus llamadas son un anticipo del clamor que acompaña a la salida del Sol.

En la puerta de la división doce hay dos pilares con cabezas humanas, dos formas del dios Sol, Atum y Jepri, el pasado y el futuro. Pasada la doble puerta hay una representación única: la representación simbólica del cosmos. NUN, el dios de las aguas del Abismo, levanta la barca solar llevando al dios recién nacido, en la forma de un escarabajo que sujeta un disco. Desde arriba, Nut, el cielo, de pie en la cabeza de Osiris, que simboliza la Duat, recibe el disco del Sol. Un disco enfrente de la barca pasa a través de la montaña Oriental, fuera del viejo y dentro del nuevo ciclo de existencia. Las tres áreas del cosmos aparecen representadas aquí; las aguas primordiales, la altura de los cielos y las profundidades de la tierra.

Libro del Amduat en la tumba de Tutmosis III. Foto: Susana Alegre García

En el Libro del Amduat, el Sol viaja en una barca, y la forma del mismo cambia durante su recorrido por las doce horas de la noche. A través de toda la composición, como una hebra, van pasando una serie de símbolos con relación a las diversas fases de nacimiento y nueva transformación como escarabajo, el dios Jepri. El escarabajo aparece primero en la hora 1 entre dos figuras de Osiris, navegando en una barca y precedido por tres serpientes- indicando el nacimiento en la región inferior del dios de la Duat-. Pero, sin duda, el momento más importante de toda la composición se encuentra en la hora 5, el instante crucial y objetivo central del libro, cuando la larva –el dios Sokar- sale de la crisálida incrustada en el comprimido en forma de óvalo que descansa sobre los hombros de Aker, el dios con dos cabezas, y representación del ayer y el mañana. Este es el momento en el que el dios Sol, después de haber pasado por el reino de la muerte, regresa a la vida. Encima de esta representación, se describe un escarabajo que trepa por un montículo que simboliza las tinieblas y al mismo tiempo la tumba de Osiris.

Libro del Amduat, 5ª hora

Libro del Amduat, 5ª hora.

En la hora 6, la carne del dios, esto es, el difunto dios Sol, aparece representado en los pliegues de una serpiente: ‘Él (la serpiente) es así, su cola está en su boca‘, con un escarabajo sobre su cabeza. Siguiendo esta progresión, en la hora 10 el escarabajo es representado de nuevo con su huevo, simbolizando ahora el nacimiento de Jepri –el disco solar es creado y sale de dos serpientes y el signo de dios (nTr) con un disco en lo alto. En la hora 12 el escarabajo se encuentra ahora en la proa de la barca solar y se representa finalmente saliendo de la Duat, empujando al disco solar a través de la arena de la Montaña Oriental.

Pero comparando las etapas de formación del nuevo devenir representado por el escarabajo, se usan otras concepciones simbólicas para ilustrar el proceso de renacimiento que acabará por dar lugar al dios Sol  En la hora 1 las puertas de la Duat están abiertas a Ra por los dioses creados de sus miembros, la oscuridad es iluminada, y la Duat respira. En la hora 2, Ra viaja en las aguas de Urnes conducido por su Ojo Derecho y hace donaciones de tierra a los dioses del grano. En la hora 3 el dios Sol hace renacer mediante su luz a los dioses muertos en el reino de Osiris y reintegra a Osiris sus facultades de Entendimiento y Voluntad.

Los enemigos de Osiris son sacrificados ante él. Libro del Amduat, 7ª hora

Los enemigos de Osiris son sacrificados ante él. Libro del Amduat, 7ª hora.

Las fuerzas del mal son aniquiladas; en la hora 7 los enemigos de Osiris son sacrificados delante de él; en la hora 11 sus bas, sombras, y cabezas están en las hoyos de fuego guardados por las diosas que escupen fuego. El ojo de Horus es “reunido” y “establecido” para él por la diosa Sejmet, la Poderosa, en la hora 10; y en la hora 11 la forma de Atum, con un disco sobre su cabeza y dos ojos-Udjat, emerge detrás de una serpiente con alas.

En la etapa final el dios Sol en su barca entra por la cola de una gran serpiente; la vieja forma, la Carne, es abandonada y en la figura de un escarabajo el nuevo sol sale de la boca de la serpiente. De este modo el Sol nace de nuevo para los habitantes de la Tierra. Así, el Libro del Amduat, lo mismo que otras composiciones de esta naturaleza, describe por medio de símbolos el proceso de la muerte y el renacimiento del nuevo Sol. Pero aquí el énfasis se pone en la formación del escarabajo Jepri, el nuevo que se transforma en El que se Convierte, que lleva el disco solar al mundo de los vivos.

EnEl Libro de la Tierra, en las paredes de la sala del sarcófago de la tumba de Ramsés VI, la creación del disco y el hecho de surgir de nuevo con nueva energía, está representado en una serie de escenas diversas. Alguna de estas prestada del Libro de Aker, una composición de la que sólo nos han llegado fragmentos. Aquí nos encontramos de nuevo con el doble león dios Aker, representando el este y oeste, con dos barcas solares arrastradas por pájaros ba, y cobras con cabeza humana. Otras figuras representan al escarabajo símbolo de un nuevo devenir emergiendo de una esfera, representada como el disco del pasado. Resulta interesante advertir como las figuras de dioses que están en pie atravesadas por discos solares, recobran nueva vida gracias a ello. Aquí se describen formas primitivas de los dioses con cuerpos humanos y cabezas de musaraña, simbolizando oscuridad y el pasado. De acuerdo con ciertos autores griegos, los egipcios creían que las musarañas eran ciegas y de ese modo personificaban la oscuridad, “la que es más antigua que la Luz.” (Plutarco, Quaestiones convivalium, IV, 5.)

Los egipcios utilizaron las formas de animales como símbolos vivos en los que, de acuerdo con Plutarco, vieron “algunos oscuros rasgos de afinidad a los poderes divinos similar a la reflexión del Sol en una gota del agua.” (Plutarco, De Iside, 74).

Pared Frontal; Libro de la Tierra. Techo: Libros del Día y de la Noche (KV9-Tumba de Ramsés VI)

Pared Frontal; Libro de la Tierra. Techo: Libros del Día y de la Noche (KV9-Tumba de Ramsés VI).

Los Libros del Día y de la Noche que aparecen en los techos de las tumbas representan el total del cosmos egipcio. La diosa del cielo curvada sobre la tierra; su boca es el horizonte occidental, su sexo es el horizonte oriental. Cada mañana ella da a luz al dios Sol, que viaja en su barca en la bóveda del cielo, en el que fluye de oriente a occidente. En el ocaso, Nut se traga el Sol y el proceso de renovación comienza en el cuerpo del cielo nocturno, representado como un pasaje de la barca solar a través de las doce horas de la noche. Durante el día el dios navega por los Campos Elíseos; durante la noche viaja a través del reino de Osiris. Diversas divinidades, estrellas, y constelaciones se reúnen y acompañan al dios en su camino.

 

Autor Enrique Fernández de Córdova

 

 

(Mejora de SEO/Readability/Presentación… 16 de mayo de 2020. No hay cambios en contenidos o ilustración)

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