La máscara de Tut, lo que ha desenmascarado
Por Susana Alegre García
29 enero, 2015
Detalle de la barba de la máscara de Tutankhamón con el pegamento visible
Modificación: 3 noviembre, 2020
Visitas: 9.359

En diciembre de 2014 la prensa se hacía eco de la reapertura al público de diversas salas renovadas en el Museo de El Cairo. Las autoridades de esta institución, que guarda en su seno la mayor colección de antigüedades egipcias del mundo, se mostraban orgullosas y satisfechas por el acontecimiento. Pero, paralelamente, las redes sociales en Egipto se hacían eco de un hecho lamentable: se afirmaba que la máscara de Tutankhamón había sido tratada inadecuadamente y que había sufrido daños. La situación llegó a tal extremo que el 21 de noviembre de 2014 el Ministerio de Antigüedades Egipcias ya desmentía oficialmente lo que calificó como rumores falsos y negó categóricamente que la máscara hubiera sufrido daños.

Sin embargo, lo que había quedado enmarcado en las redes sociales y contenido en ciertos sectores de la prensa egipcia, terminó saltando a la prensa internacional en enero de 2015, debido a las declaraciones realizadas en un medio egipcio por trabajadores del museo que dieron su testimonio de modo anónimo por miedo a las represalias. Esta vez la noticia llamó la atención del mundo y generó el más absoluto asombro: la barba de la mascara de oro de Tutankhamón se había desprendido accidentalmente durante la limpieza de la antigüedad, justo antes de la apertura de las renovadas salas del museo, y había sido pegada precipitadamente con un pegamento inadecuado en una «restauración» irresponsable y chapucera, de efectos irreparables.

A pesar del impacto mundial, las autoridades egipcias siguieron negando los hechos, llegando a afirmar que las fotos que aparecían en los medios eran manipuladas para conducir a engaño. El grupo Heritage Taskforce, del que es portavoz Monica Hanna, conocida arqueóloga y activista en la denuncia de los saqueos en los yacimientos arqueológicos de Egipto y muy comprometida en la protección su patrimonio, amenazó con denunciar los lamentables hechos ante la fiscalía egipcia. Para entonces, las autoridades egipcias seguían negándolo todo. Así las cosas y ante la gran repercusión, muy a su pesar, el Museo de El Cairo y el Ministerio de Antigüedades de Egipto tuvieron que enfrentarse a una rueda de prensa en la que volvieron a culpar a los medios por exagerar lo sucedido, aunque, ahora sí, reconocieron que la máscara de Tutankhamón podría haberse restaurado mejor. Quizá para dotar de rigor a la rueda de prensa, quizá por una súbita caída en la vergüenza o quizá buscando que alguien diera la cara, se recurrió al restaurador alemán Christian Eckmann. Efectivamente, Christian Eckmann tuvo la nada envidiable tarea de dar la cara por unos hechos por los que nadie directamente responsable ha dado la cara aún, siendo utilizado como escudo para exponer explicaciones. Y entre sus palabras una información optimista: el pegamento colocado en la máscara podía ser reversible. Era una muy buena noticia, tranquilizadora, en medio de semejante desaguisado.

Puede que el pegamento de la barba sea reversible y es posible que pueda ser verdaderamente extraído sin afectar aún más la integridad de tan maravillosa obra de arte, pero desgraciadamente no todos los restauradores están de acuerdo. Muchos han detectado zonas ralladas, golpeadas y hasta posiblemente lijadas en el intento de eliminar el pegamento que rebosó. Algunos no comparten el optimismo y afirman que la máscara no volverá a ser nunca lo que fue, habiendo sufrido un daño irreversible. Un daño que no puede ampararse en la idea de que la barba es un elemento conflictivo en sus sustentación y que ya se desprendió en el momento de la extracción de la máscara por Howard Carter. Obviamente es un elemento conocidamente frágil y precisamente por eso el esmero tendría que haber sido extremo.

Ciertamente es grave que la barba se desprendiera accidentalmente, si eso ocurrió por negligencia; pero lo incomprensible, lo que no debería haber pasado de ningún modo, es todo lo demás. Lo demás, no es accidente. Aquí lo inverosímil, lo más intolerable, es lo que vino después y que condujo al verdadero daño irreparable. El verdadero daño no se produjo con la caída accidental de la barba, el daño fue la actuación posterior. Un daño a la máscara que, a su vez, vendría a desenmascarar muchas cosas.

Los trabajadores del museo que denunciaron los hechos indicaron que el pegado de la barba desprendida se hizo bajo órdenes expresas de exigencia de rapidez en la actuación. La máscara, de hecho, nunca estuvo en el laboratorio de restauración. A ello sumar que tras los primeros rumores lo único que hicieron las instituciones fue negar los hechos y mantener la negativa, quedando en un ridículo extremo. El intento de desacreditar a los que decían la verdad sobre el estado de la máscara, terminó desacreditando a quienes lo negaban. Así que a la pésima restauración se suma otro daño irreparable: la pérdida de credibilidad de las más altas autoridades egipcias vinculadas a la preservación del patrimonio arqueológico. Y ese es un daño profundo e inquietante, pues implica que quienes deben ser los vigilantes y protectores de ese patrimonio, quedan irreversiblemente desplazados al terreno de la mentira y la falta de rigor. ¿Cómo restaurar eso? ¿Cómo eliminar el pegamento que enturbia un daño aparentemente tan irreparable? ¿Cuántas chapuzas han sido y son igualmente negadas? ¿Están seguras las antigüedades en semejantes manos?

La máscara de Tutankhamón ha sido víctima de la negligencia, la irresponsabilidad y la chapuza. A su vez, los altos cargos del Ministerio de Antigüedades han dilapidado definitivamente su credibilidad escandalizando al mundo con su ineficacia y sus mentiras; desacreditando a la vez, por extensión y desatinado contagio, y de un modo del todo injusto, a muchos especialistas que son magníficos y preparados profesionales, que se ven con las manos atadas e incluso bajo amenaza, y que hacen lo posible y hasta lo imposible por salvaguardar un patrimonio al que respetan profundamente y al que han dedicado sus vidas. Y todo esto sucede, además, en el momento en que la construcción y traslado de antigüedades siguen su curso en el nuevo gran museo de El Cairo, que teóricamente se inaugura este año. Y todo esto ocurre en un contexto donde son continuas las noticias de expolio y robos en yacimientos arqueológicos. Y todo esto sucede precisamente cuando Egipto ha emprendido una amplia política de restauraciones, a gran escala, y que ya ha cosechado encendidas críticas en algunas de sus actuaciones. La más notoria es la realiza en la pirámide escalonada de Saqqara, que ha provocado unos daños tan terribles como irreversibles, aunque nuevamente esta evidencia es negada ridícula y obsesivamente por el Ministerio de Antigüedades. Se trata, otra vez, de una realidad tan obvia y evidente como el pegamento que chorrea y mancha la máscara de Tutankhamón. La máscara, quizá, ha desenmascarado muchas y lamentables cosas; esperemos que ello impulse la depuración de responsabilidades y cambios profundos. Esperemos que ese desenmascaramiento sirva para algo y que las antigüedades de Egipto y también los verdaderos profesionales de la restauración y la arqueología en Egipto no sigan siendo víctimas de tanta irresponsabilidad.

Fuentes:
http://www.thecairopost.com/news/130804/travel-antiquities/tutankhamen-section-at-egyptian-museum-completes-renovations-official
http://focus.levif.be/culture/arts/reouverture-des-premieres-salles-renovees-du-musee-du-caire-photos/diaporama-normal-357915.html
http://www.thecairopost.com/news/129424/travel-antiquities/reports-tutankhamen-mask-damaged-false-antiquities-minister
http://www.alaraby.co.uk/investigations/b8674bca-fccf-473c-a599-ce1cfb20daa5
http://cairoscene.com/ViewArticle.aspx?AId=114880-damage-to-King-Tutankhamun-Mask-egyptian-museum
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/9/40/120988/Heritage/Ancient-Egypt/-Archaeological-committee-assigned-to-inspect-glue.aspx
http://www.youm7.com/story/2015/1/22/الآثار-تعترف-بكارثة-تدمير-قناع-توت-عنخ-أمون-وتكلف-لجنة-ألمان/2036973#.VMVhyyiyKWm
http://www.abc.es/cultura/arte/20150124/abci-egipto-reconoce-restauracion-defectuosa-201501241933.html
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/01/24/actualidad/1422135506_442591.html

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2 respuestas a “La máscara de Tut, lo que ha desenmascarado”

  1. RE: La máscara de Tut, lo que ha desenmascarado
    Me parece un artículo de opinión fantástico. ¡Expresas con suma claridad y sin tapujos lo que muchos pensamos!

    Te animo a que envíes el artículo tal cual a la prensa egipcia y al Ministerio de Antigüedades.

  2. La máscarada
    Toda la razón. Intentaron enmascarar y siguen haciéndolo al no explicar la verdad y poner al restaurador Alemán. Al final tiene pinta que pagarán justos por pecadores. Excelente artículo.

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