Khety (H.1) de Herakleópolis
Por Juan Rodríguez Lázaro
1 junio, 2007
Modificación: 25 abril, 2020
Visitas: 2.576

La tumba de Khety (H.1) es sin duda, una de las más grandes e importantes de cuantas hasta la fecha, ha descubierto la Misión Arqueológica Española que trabaja en el campo de ruinas que un día fue Herakleópolis Magna.

1-(16-8). Khety (H.1) A. 8-7 Ultimo retocado BIAE

Fig. 1. Fragmento excepcional que muestra una bella representación del letrado Khety (H.1). En su origen, esta pieza formó parte de la puerta de entrada al interior de la tumba, que aquel ilustre personaje se había hecho construir en Herakleópolis Magna. Tallado en piedra calcárea, el bloque, correspondía a la parte inferior de la jamba izquierda de la puerta. En la actualidad y desde hace ya más de 30 años, esta hermosa pieza permanece olvidada e inédita en los fondos del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. (Dibujo y reconstrucción: Juan R. Lázaro).

En un principio Jesús López, que en 1966 había comenzado las excavaciones oficiales en este enorme enclave arqueológico, creyó que la antigua necrópolis allí descubierta por él en 1968, había sido un cementerio de la IX-X dinastía; una necrópolis que correspondía exactamente a la época en la que aquella ciudad había sido la capital oficial de todo Egipto. Sin embargo, y basándonos en las nuevas tumbas y el gran material arqueológico que ha ido surgido en el transcurso de las siguientes campañas españolas, podemos concluir, que en términos generales, aquella necrópolis había pertenecido a un periodo ligeramente posterior al ofrecido por López. Concretamente a la última fase de la XI dinastía.

La tumba de Khety (H.1), destruida en un momento de la antigüedad que aún no se ha podido precisar, nos es conocida a través del importante número de fragmentos que de ella se han conservado. En realidad, se trata de un magnifico puzzle cuyas piezas están actualmente repartidas entre el Museo Egipcio de El Cairo; el Museo Arqueológico Nacional de Madrid; la Real Academia de Córdoba; y el Museo Egipcio Rosicrucian de San José (California). También es muy probable, que otros fragmentos no controlados, se hallen en el Museo de Beni Suez; en el almacén de la Misión Arqueológica española; y en ciertas colecciones privadas.

Algunos bajorrelieves fragmentados, que en su día embellecieron las paredes internas de la tumba de Khety (H.1), comenzaron a surgir del suelo en la década de los años 60, durante el transcurso de ciertas excavaciones clandestinas efectuadas en los montículos de Herakleópolis. Un claro ejemplo de aquello, lo constituye la pieza que en 1964 fue subastada por la Galería Parke Bernet de Nueva York[1]. Al igual que esta, es posible que otros bloques de la misma tumba circulasen durante cierto tiempo en el mercado internacional de arte, antes de pasar a engrosar ciertas colecciones privadas e instituciones museísticas.

Con estas referencias, Jesús López, que debía estar perfectamente informado del lugar exacto de donde provenían aquellos bloques, abrió en 1968, una primera trinchera de excavación situada a unos 300 m. al sur del templo de Herishef. En el transcurso de aquellos trabajos, así como en las siguientes campañas oficiales, la Misión Arqueológica Española fue desenterrando nuevos elementos de la tumba de Khety (H.1). Tal como era de esperar, la decoración que mostraban aquellos nuevos bloques coincidía exactamente con la del fragmento vendido en Nueva York.

En uno de los laterales de la trinchera inicial de López, comenzaron a surgir grandes bloques de piedra calcárea tallada, que correspondían al pavimento y a la propia superestructura de la tumba de Khety (H.1). Un estudio detallado de todos esos elementos arquitectónicos nos permitiría sin duda, tener una buena idea de como fue aquella sepultura y cuales fueron los temas que se desarrollaron en su decoración.

Los trabajos de López, dejaron un claro testimonio de la existencia de la tumba de Khety (H.1) en aquel lugar de la extensa necrópolis descubierta. Sin embargo, las excavaciones posteriores, sobre todo las que dirigió F.J. Presedo Velo, que limpió en la zona norte la trinchera de López – exactamente el área por donde se extendía la tumba de Khety (H.1) – no nos han dejado constancia alguna del emplazamiento de esa tumba, y los planos de la necrópolis publicados hasta la fecha, la ignoran totalmente.

Títulos y epítetos de Khety (H.1)

Los bloques de la tumba de Khety (H.1) actualmente conocidos, nos muestran un importante número de títulos y epítetos que este interesante personaje obtuvo durante el transcurso de su existencia. Por ellos, intuimos que este individuo debió ser un hombre sumamente ilustrado. Su estrecha relación con el sello real y ciertas instituciones judiciales encargadas de aplicar la ley en todo el país, así lo demuestran:

1. Títulos y epítetos de Khety (H.1) jmy-r´ pr-wr
“Superintendente de la Gran Corte de Justicia”

Ya desde el Imperio Antiguo, aparece atestiguada en Egipto la existencia de Seis Grandes Cortes de Justicia o Tribunales. Ciertos funcionarios de la corte menfita de la VI dinastía, tales como Ihy y Nipepy[2], habían logrado alcanzar en aquellas instituciones los cargos más relevantes.
También, el cargo de “Superintendente (o gobernador) de las Seis Grandes Cortes de Justicia” lo vemos, a finales del reinado de Mentuhotep II y comienzos del de Mentuhotep III, en la figura de Meketre´, un importante funcionario de la corte tebana ampliamente conocido por las hermosas maquetas halladas en su tumba[3].

2. Títulos y epítetos de Khety (H.1) [s3b] jry Nḫn wḏ´ m3 w´t
“[Juez y] guardián de Nekhen, que juzga con la verdad en privado”

Este interesantísimo título, estrechamente conectado con la Corte de Justicia[4], hace probablemente una alusión directa al cargo de juez, que el propio Khety (H.1) parece haber desempeñado en el famoso Tribunal de Nekhen.

Durante el Imperio Antiguo, los funcionarios que ejercieron ese cargo en aquella ciudad, a la que probablemente fueron destinados, no muestran signos de haber sido enterrados allí. Por el contrario, sus tumbas aparecieron en la necrópolis de Saqqara, el tradicional cementerio de la monarquía menfita. Siguiendo esa costumbre y salvando las diferencias de época, el simple hecho de que la tumba del juez Khety (H.1) halla aparecido en Herakleópolis es cuanto menos significativo[5]. ¿Cómo explicarnos que ese noble descendiente de la antigua monarquía herakleopolitana, ocupara tras la conquista del país por los tebanos, aquel importante cargo judicial en el Alto Egipto?

Sabemos que a finales de la VIII dinastía, Herakleópolis Magna como la nueva capital del país, asumiría el relevo de Menfis y en consecuencia también lo haría de todos los estamentos gubernamentales, incluyendo a los propios funcionarios del Estado. Años más tarde, con el inicio del Imperio Medio, se intuye que el rey tebano Mentuhotep II, tras la unificación del país, carece de los oficiales cualificados para desempeñar los principales cargos en el nuevo estado unificado. Es por esta razón, por la que el nuevo soberano parece recurrir a los experimentados funcionarios de la antigua monarquía herakleopolitana. Con muchos de aquellos compone su propio gabinete de gobierno. Esta hipótesis, cobra credibilidad cuando comprobamos que varios oficiales, del entorno directo del rey Mentuhotep II, presentan un origen puramente herakleopolitano[6].

Así pues, podríamos aventurar incluso, que tal vez fuese el propio Mentuhotep II o alguno de sus sucesores inmediatos, quien designase a Khety (H.1) de Herakleópolis en aquel importante cargo jurídico de la ciudad de Nekhen[7].

3. Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)jmy-r´ wḏsḏmy w´t
“Superintendente de los (casos) del juzgado oídos en privado”

Este título marca una diferencia puntual entre los casos juzgados en público y los que se escuchaban y juzgaban en privado. Por la biografía de Uni[8], hombre de confianza del rey Pepy I, sabemos que en estos últimos juicios, las únicas personas que asistían como representantes de la justicia eran, el jefe del juzgado, el visir y el propio juez. A su vez estos últimos, parecen estar asistidos por los secretarios y escribas del juzgado.

4. Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1) [jmy-r´] sš ´n nsw n ḫft-hr
“[Superintendente] de los documentos reales escritos del Tribunal)”

Los propios jueces son considerados como los responsables directos de estos “documentos secretos del juzgado de la gran Corte de Justicia”[9]. Se trataba de un importante conjunto de documentos o decretos firmados por el propio rey. Se guardaban cuidadosamente en los archivos de los Juzgados y por ellos parece que se aplicaba la ley estatal en los juicios. El título “Escriba de las tablillas reales (hechas) en arcilla”[10] nos informa que en ocasiones, estas valiosas leyes – o tal vez simplemente sus copias – eran redactadas en planchas de arcilla.

5. Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)  ḫtmty-bjty
“Tesorero del rey del Bajo Egipto”

Este título (literalmente: “el portador del sello del rey del Bajo Egipto”), revela en su ideograma ḫtmty (Un collar doblado, del que cuelga un cilindro ensartado en su extremo), la propia función desempeñada por el personaje que lo llevaba. Lo vemos en altos funcionarios del Estado destacados por todo el país. El sello real grabado sobre el cilindro, daba a estos funcionarios el poder necesario para firmar ciertos documentos en nombre del Estado y del propio rey. Por lo general todos estos tesoreros se encuentran relacionados con la recaudación del Estado y del Tesoro, pero también una parte de ellos trabajaron en beneficio de ciertas instituciones clericales.

6. Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1) mḥ-jb nswt m ḫtm wḏt
“Confidente real de los decretos sellados”

El confidente real (literalmente: “el que llena el corazón del rey”), parece entrar en conexión directa con la propia voluntad del soberano reinante. Si eso es así, Khety (H.1), pudo conocer muy bien la personalidad del rey al que había servido, tal vez el tebano Mentuhotep II o uno de sus inmediatos sucesores.

Sabemos que estos confidentes reales desempeñarían en el interior de ciertos edificios oficiales, tales como palacios[11] y estamentos judiciales[12], importantes cargos dentro de la administración provincial[13].

Epítetos

7. Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1) smr w´t
“Amigo único”

8-a. Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1) nb.f mry
“Amado de su señor”

8-b. Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1)Títulos y epítetos de Khety (H.1) nb.f mry m3´ n st-jb.f
“Justo amado de su señor, en el lugar de su corazón”

Como Khety (H.1) de Herakleópolis otros grandes oficiales de la época, tales como Meru, Meketre´ y los nomarcas de Beni Hassan, Baket III y Khety, se encuentran designados en las inscripciones de sus tumbas como: “Amado de su señor”, “Justo amado de su señor”, “Elogiado de su señor”, etc.

La importancia de estos títulos desempeñados por Khety (H.1) de Herakleópolis, unidos a las considerables dimensiones que originalmente debió tener su tumba, hacen de este personaje uno de los más sobresalientes de la antigua Nen-nesut, a finales de la XI dinastía. Un noble cuyo rango social, no parece estar muy alejado de aquel otro del que gozaban los nomarcas en sus provincias.

Si bien nuestro personaje carece de los títulos de “hry-tp ´3” (Gran jefe del nomo) y “h3ty-´” (Conde);títulos por los que generalmente se identifican a los nomarcas, Khety (H.1) ejerció en Herakleópolis, funciones muy similares a las desarrolladas por su propio homónimo, el nomarca Khety, en la provincia de Orix (16 del A.E). Este último personaje, pudo ser muy bien uno de los propios contemporáneos de Khety (H.1) de Herakleópolis, ya que su liderazgo se establece también a finales de la XI dinastía[14].

La tumba de Khety (H. 1) en el museo arqueológico nacional de Madrid

En la actualidad, el Museo Arqueológico Nacional de Madrid guarda dentro de sus instalaciones un importante número de bloques procedentes de la tumba de Khety (H.1). Posiblemente sea la institución que hoy conserva el mayor número de piezas procedentes de aquella destruida construcción. La mayor parte de los bloques se encuentran almacenados en los fondos desde hace ya bastantes años. Algunos proceden claramente de la fachada de la tumba, mientras que otros corresponden a las estancias interiores. De entre esos fragmentos hemos de destacar la pieza que reproducimos en la Fig. 1.

Se trata de un bloque que pertenece exactamente a la parte inferior de la jamba izquierda de la puerta de entrada. En su parte alta, aún puede verse el final de dos anchas columnas de texto vertical que descendían por los laterales de la puerta. Los textos que allí fueron grabados, informaban al visitante de los numerosos títulos llevados en vida por este personaje. En la parte final de ambas columnas, aparece escrito el nombre del propietario de la tumba y justo por debajo de él, una bella representación del propio Khety (H.1)

La imagen, se encuentra esculpida en un relieve hundido del más fino estilo de finales de la XI dinastía. Originalmente, un duplicado contrapuesto de la misma se hallaba sobre el lado derecho de la puerta. Este gran funcionario sentado en una silla con patas de león, empuña en sus manos una larga vara y un paño de tela doblado como símbolo de su alto status social.

En realidad la figura de Khety (H.1), sentado a ambos lados de la puerta de entrada, es una especie de tarjeta de presentación. Su estilo se inspira en el tradicional canon artístico que a finales de la XI y comienzos de la XII dinastía, utilizan los nomarcas del país y los grandes funcionarios, para embellecer el acceso a sus tumbas[15].

Podríamos concluir que Khety (H.1) al igual que Sehu, fue en Herakleópolis Magna una de las principales autoridades de la ciudad tras la conquista tebana. Su status social en la capital derrocada, bien pudo ser un paralelo de aquel otro que en el resto del país, mantenían aún los antiguos nomarcas.

Seis fragmentos de la tumba de Khety (H.1) expuestos en la sala egipcia del M.A.N. de Madrid

2-(38-6). Kh. (H-1) B. Fase 4 BIAE

Fig. 2. Seis fragmentos de la decoración de la tumba Khety (H.1), que recogen parte de los tres registros inferiores de una pared interna. (Dibujo y reconstrucción: Juan R. Lázaro).

Si bien, es mínimo lo que subsiste hoy del primero de los tres registros recogidos por estos fragmentos, no hay duda de que en la parte alta (tal como vemos en otro grupo de fragmentos de la misma tumba) se encontraban representadas dos escenas relativas al pisado y al prensado de la vid. Esta, al igual que a las restantes escenas que cubrían la parte alta de la pared, mostraba una escena de la vida cotidiana. Sin embargo, los dos registros inferiores que podemos ver claramente en la Fig.2, están estrechamente relacionados con el mundo funerario y las donaciones alimenticias destinadas al sustento del “ka” del difunto Khety (H.1).

3-(37-6). Khety (H.1). Foto J R. Lázaro. (Lázaro. Khety (H. 1) de Herakleopolis.) Retocada

Fig. 3. Este pastor que empuña una larga vara, muestra en el tallado de su mano derecha las mismas características que antes pudimos ver en la mano del propio Khety (H.1). Tal vez, este simple detalle sea una prueba de que ambos relieves fueron realizados por un mismo artista anónimo. Sala egipcia del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. (Foto: Juan R.Lázaro).

El registro central, comienza con la representación de un primer personaje que empuña en su mano derecha una larga vara. No parece estar identificado por ningún texto, sin embargo, bien podría tratarse de un wš3 w “cebador”; un pastor encargado de alimentar y engordar al buey que camina inmediatamente por detrás de él[16]. El buey de cuernos recortados, esta calificado por el texto que aparece sobre su lomo como un buey:  wnn n k3.k    “wnn para tu ka”

Es decir, que se trataba de un hermoso animal previamente elegido, para que en un momento determinado su carne, ya despedazada por los carniceros, pudiera servir de alimento al alma del difunto. El infortunado animal es conducido a su destino por aquel hombre que le ha atado una cuerda a la boca. Así mismo, otro individuo situado justo por detrás del buey, ha posado una de las manos sobre la parte posterior del animal. Es un gesto, que de acuerdo a otra escena similar procedente de la misma tumba, hemos de interpretar como que el buey es un “wnn manso”, es decir un animal tranquilo y dócil. También este último personaje, empuña en su mano izquierda un lienzo de tela doblada que presenta una dudosa interpretación.

4-(37-11). Khety (H.1). Foto J R. Lázaro. (Lázaro. Khety (H. 1) de Herakleopolis.) Retocada

Fig. 4. En la cabeza de este buey wnn (de cuernos cortos) se pueden apreciar algunos minuciosos detalles, tales como las líneas que componen la zona interna de la oreja del animal y el ¿anillo? que por debajo de la boca del buey, presiona la cuerda atada a su mandíbula inferior. Sala egipcia del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. (Foto: Juan R.Lázaro).

5-(37-24). Khety (H-1) B. 12-16b Retocada

Fig. 5. Los minuciosos detalles y las formas proporcionadas que presentan estos relieves, tales como las estrías de las cornamentas de los orix y las líneas internas de las orejas de los bueyes, se alejan ya bastante del burdo y esquemático estilo que caracteriza el arte del Primer Periodo Intermedio. En esta foto puede apreciarse delante de la cría de orix, una línea vertical de pegamento moderno, que evidencia la falta de cuidado que los conservadores pusieron en estos fragmentos a la hora de unirlos. Sala egipcia del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. (Foto: Juan R.Lázaro).

En el registro inferior, estaban representados originalmente tres portadores de animales; tres personajes que mostraban ofrendas funerarias para el “ka” del difunto Khety (H.1). El primero de ellos conduce un orix desde la parte de atrás sujetándolo por uno de sus largos cuernos. Al mismo tiempo, controla los movimientos del animal mediante una cuerda que le ha atado a una de sus patas posteriores. El texto vertical que se sitúa delante del animal le describe como:  m3-ḥd n k3.k “orix para tu ka”

Un segundo portador, en clara relación con el primero, llevaba sobre sus hombros un pequeño orix que sin duda había nacido del animal que le precede. Se intuye que al igual que su madre, la cría estaba destinada a ser sacrificada por el alma del propietario de la tumba. Eso es al menos lo que parece confirmar el breve texto que aparece delante de ella: 3w n k3.k “(presente) jovial para tu ka”[17]

Finalmente, la representación del tercero de los portadores que se hallaba en el extremo de la derecha, se ha perdido totalmente.


[1] Catalogo de ventas del 29-30 de abril de 1964. J.Baines y J.Malek, Atlas of Ancient Egypt,1984, p.129 y 229; Mª C. Pérez Díe y P.Vernus, Excavaciones en Ehnasya el Medina (Heracleópolis Magna), 1992, p.20.
[2] P.M. Topographical …, III, Part.2. 1979, p. 673 y 686.
[3] H.E.Winlock, “The Court of King Neb-hepet-re´ Mentu-hotpe at the Shatt er Rigal”, en American Journal of Semitic Languages and Literatures, LVII,2.1940, p.199 Fig.10d).
[4] PM, op.cit., p.686 y 934 [nº 283].
[5] También en relación con la ciudad de Nekhen (Hierakómpolis), hemos de recordar que a finales de la XI dinastía, esta localidad se hallaba en manos de los nomarcas de Orix (nomo 16º del A.E). Aquellos transmitían generacionalmente los títulos de jry Nhn “comisionado en Nekhen” y hr-tp Nhb “Jefe de Nekheb” (Ver N.Favry, Le Nomarque sous le règne de Sésostris I, 2005, p.100, 105).
[6] Entre sus cortesanos hallamos varios funcionarios con el nombre de Khety. Entre ellos se encuentran el“príncipe hereditario”, “Jefe lector” y “Escriba de las palabras divinas” Khety; el “Superintendente del lago”Khety, enterrado en Asasif, (PM. Topographical …, I, Part. 2.1964, p.617); y el famoso “tesorero del Alto Egipto” Khety, hombre de confianza del propio Mentuhotep II. La tumba de este último fue excavada en los acantilados de Deir el Bahari (T.311), cerca de la del rey a quien había servido. Otros oficiales de Mentuhotep II, tales como un Herishef-hotep (Herishef-hotpu); y un Sebekhotep “superintendente de los tesoreros”. (H.E.Winlock, “The Court of King Neb-hepet-re´ Mentu-hotpe at the Shatt er Rigal”, enAmerican Journal of Semitic Languages and Literatures, LVII, 2.1940. p.152-153,155. fig.12) debieron tener igualmente un origen herakleopolitano y de la región del Fayúm.
[7] Para el nombramiento de Uni como juez de Nekhen, por parte del rey Pepy I, ver J.H. Breasted,“Ancient Records of Egypt” I, 1988, p.141.
[8] J.H. Breasted, “Ancient Record of Egypt” I, 1988, p.141.
[9] PM, op.cit. III, Part.2. 1979, p. 934 [nº 283].
[10] W.A. Ward, “Index of Egyptian Administrative and Religious Titles of the Middle Kingdom”, 1982, titulo 1362.
[11] Otro funcionario de Herakleópolis, llamado Ibenn ocupó el cargo de “Confidente de la casa del rey”. “confidente del dominio real” en Mª C. Pérez Díe y P.Vernus, op.cit., 1992, p.30-32, Fig.5.)
[12] “Confidente real de las escuchas privadas” llevado por Initef hijo de Tefi; “Confidente real de todos los documentos”, y “Confidente real de los decretos sellados”.
[13] “Confidente del rey en la cabeza del Sur”; “Confidente del rey en Tebas”, etc.
[14] Para la tumba de este nomarca ver P.E. Newberry, “Beni Hassan” II , 1894, p. 53-62, Pl. IX-XIX.
[15] Ver las tumbas de Khety II de Assiut; Siremput I de Assuan; Khnum hotep II de Beni Hassan; y también la tumba de Sehu (Padró, op.cit., Fig.103) en Herakleópolis.
[16] Sobre una escena de individuos encargados en alimentar a distintos animales, ver la tumba del nomarca Khnumhotep de Beni Hassan (P.E. Newberry, op.cit.,.1893, pl. XXX).
[17] Es muy posible, que debamos ver en esta escena el antecedente del sacrificio de animales sobre una mesa de ofrendas o un altar. Un clásico de la iconografía ritual que iba a trascender en otras culturas del Mediterráneo, llegando incluso a formar parte de la liturgia judéo-cristiana.

 

Autor Juan Rodríguez Lázaro

 

Artículo del Mes publicado en junio de 2007 en el Boletín Informativo de Amigos de la Egiptología, BIAE 48 https://egiptologia.com/biae-numero-48-junio-2007/

Whatsapp
Telegram