Elementos egipcios en el Arca de la Alianza
Por Gerardo Jofre
1 abril, 2010
Reconstrucción hipotética del arca. Foto: Susana Alegre
Modificación: 22 mayo, 2020
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La Biblia describe de forma detallada el Arca de la Alianza. En el Libro del Éxodo 25:10-22 Yahvé da instrucciones precisas sobre como debe ser fabricada:

«Harás un arca de madera de acacia de dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y codo y medio de alto. La revestirás de oro puro; por dentro y por fuera la revestirás; y además pondrás en su derredor una moldura de oro. Fundirás para ella cuatro anillas de oro, que pondrás en sus cuatro pies, dos anillas a un costado, y dos anillas en el otro. Harás también varales de madera de acacia, que revestirás de oro, y los pasarás por las anillas de los costados del arca, para trasportarla. Los varales deben quedar en las anillas del arca y no se sacarán de allí. En el arca pondrás el testimonio que yo te voy a dar».

«Harás asimismo un propiciatorio de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho. Harás además dos querubines de oro macizo; los harás en los extremos del propiciatorio. Haz el primer querubín en un extremo y el segundo en el otro. Los querubines formarán un cuerpo con el propiciatorio, en sus dos extremos. Estarán con las alas extendidas por encima, cubriendo con ellas el propiciatorio, uno frente al otro, con las caras vueltas hacía el propiciatorio. Pondrás el propiciatorio encima del arca; y pondrás dentro del arca el testimonio que yo te daré. Allí me encontraré contigo; desde encima del propiciatorio, de en medio de los dos querubines colocados sobre el arca del Testimonio, te comunicaré todo lo que haya de ordenarte para los israelitas».

Esta descripción contiene la tradición sacerdotal del Éxodo. Las fuentes más antiguas no describen la tienda, ni tampoco el Arca, ni la relacionan con aquella, pero es probable que en época mosaica ambos elementos existieran.

El Arca era considerada el trono de Yahvé, así cita la Biblia: «Aquí está el lugar de mi trono, el lugar donde poso la planta de mis pies». Se trataba de un trono sin colocación de imagen alguna, al estar prohibida la imagen del Dios de Israel.

De esta primera descripción podemos afirmar que en Éxodo 25 existen dos relatos distintos que han sido unidos por la tradición sacerdotal:

a) Una primera redacción que describe el Arca sin su tapa y que finaliza en el versículo 16 bajo la frase: “En el arca pondrás el Testimonio que yo te voy a dar”.

b) Un segundo relato, posiblemente de otro redactor distinto, que describe el Kappôret o propiciatorio, es decir, la tapa con los querubines y finaliza en el versículo 21 dejando en el texto una repetición de la misma frase “y pondrás dentro del arca el Testimonio que yo te daré”.

La repetición de esta frase, más la separación clara entre Arca y propiciatorio; indica que ambas partes no estuvieron siempre juntas y tuvieron distintas funciones a lo largo de la historia.

Además de esta primera descripción, existe una segunda y tercera descripción del Arca. La segunda descripción aparece poco más adelante, en el capítulo 37 del Libro del Éxodo, cuando Besalel fabrica el Arca. En cuanto a la tercera descripción, no es explícita, sino que estaría formada por distintas citas del Arca en la Biblia que contienen cierta información acerca de sus elementos: Por ejemplo véase 1 Reyes 8:8, donde se mencionan los varales.

La versión sacerdotal que contiene las descripciones primera y segunda fue redactada entorno a los siglos VI y V a.C., en época posterior al exilio, e incluso algunas partes podrían ser más tardías, de entre los siglos IV a II a.C. Sin embargo, la tercera descripción contiene citas del Arca que se remontan a la historia deuteronomista, la cual tomó forma fundamentalmente en el siglo VII a.C. y ha sido ligada a la composición de Josué, Jueces, I y II Samuel, y I y II Reyes.

Partiendo pues, de que los elementos descriptivos más tempranos acerca de la forma del Arca son plasmados en el texto durante los siglos VIII-VII a.C. debe considerarse la influencia cultural de otras poblaciones vecinas que envolvió al antiguo Israel durante este periodo, así como aquellos otros patrones artísticos que eran comunes desde siglos atrás en el Próximo Oriente antiguo. Uno de estos patrones artísticos fue el egipcio.

Algunos autores, como James K. Hoffmeier, basan el patrón del arte egipcio sobre el Arca y el santuario, teniendo en cuenta que los israelitas habían vivido en Egipto durante varios siglos. Pienso que esta premisa que parte de la Biblia es errónea ya que todavía no contamos con pruebas arqueológicas claras sobre la residencia de israelitas en Egipto durante siglos en la Edad del Bronce. Evidentemente existe una influencia egipcia en la estética del Arca de la Alianza porque esta sigue, al igual que muchos otros objetos, rasgos egipcios adoptados por los pueblos del Levante.

Asimismo, los egipcios eran maestros en la técnica de recubrir la madera con oro mucho antes del siglo X a.C., tal y como puede verse en los numerosos objetos de la tumba de Tutankamón. Teniendo en cuenta las relaciones entre Fenicia y Egipto en los siglos anteriores, es probable que los fenicios aprendieran la técnica de forrar con oro de los artesanos egipcios. Cantidad de objetos de fabricación fenicia, tales como marfiles hallados en Megido, Samaria y Nimrud (Asiria), muestran una clara influencia egipcia. En ellos aparecen esfinges aladas o querubines y motivos tradicionales egipcios como la doble corona.

El Arca es el trono de Dios, sobre el propiciatorio los querubines protegen o guardan con sus alas el espacio donde Yahvé se manifiesta. Los tronos reales egipcios y fenicios suelen presentar guardianes con alas protectoras extendidas que rodean los laterales del asiento del rey o bien de un dios. Un buen ejemplo es el trono dorado de Tutankamón o la placa de marfil de Megido. En la palma de un abanico ceremonial de la tumba de Tutankamón, aparecen los cartuchos del rey flanqueados por buitres con alas protectoras. En el collar con pectoral lunar localizado en la misma tumba, los cartuchos de Tutankamón aparecen apoyados en ureus con alas extendidas. En el pectoral de Isis y Neftis, ambas en su papel protector, las diosas extienden sus alas protectoras sobre los cartuchos que contienen los nombres de Tutankamón. Lo mismo sucede en el pectoral de Osiris, Isis y Neftis. Esta vez en vez de cartuchos, las deidades extienden sus alas protegiendo a Osiris o bien al faraón trasformado en Osiris.

Las alas protectoras no sólo aparecen en tronos, pectorales y abanicos, sino también en objetos para el culto; por ejemplo se han encontrado representaciones de querubines con forma de esfinges aladas en un vaso de culto de cuatro pisos hallado en Tanac, del siglo X a.C. para uso de ofrendas o libaciones.

El Arca, sin el propiciatorio, es lo más parecido a un ropero egipcio. En el antiguo Egipto no existían propiamente los armarios, por lo que la ropa se guardaba en cofres de madera que se cerraban pasando una cuerda por el tirador de la parte superior y de los costados; luego se sellaba la cuerda con cera o fango. Una cuerda o un sello roto indicaba que alguien había abierto el cofre sin permiso. Es factible que al igual que los roperos egipcios, alrededor del Arca se pusiera en algún momento, una cuerda con un sello, para proteger su interior. Ejemplos de estas “arcas egipcias” son la caja pintada de la tumba de Tutankamón y un ropero de la Dinastía XVIII, de procedencia desconocida, que se encuentra en el Roemer und Pelizaeus Museum de Hildesheim.

Por último, el arte religioso cananeo de la Edad de Bronce recoge especialmente una influencia egipcia en el atuendo y decoración. Piezas como las estatuillas doradas de Tell Guézer del siglo XVI a.C. o el medallón de oro de Tell el-Ajjul con la imagen probable de Astarté, diosa de la fertilidad y relacionada con la diosa egipcia Hathor. Otras piezas también de clara influencia egipcia son una estela de piedra caliza de 1500-1200 a. C., que representa a una deidad adorando el árbol de la vida o los ataúdes antropoides de arcilla al estilo egipcio hallados en Deir el-Balá, en la costa de Gaza y que datan del siglo XIV-XIII a.C.

En conclusión el Arca de la Alianza ostenta elementos artísticos de influencia egipcia, pero los egipcios no son sus únicos elementos, ni estos son de procedencia exclusiva y directa del país del Nilo. Lo que es egipcio en el Arca, lo es mayormente por otras culturas como la fenicia o cananea y no porque quienes la fabricaron permanecieran siglos en Egipto.

Bibliografía:

Catálogo de la Exposición, Egipte mil.lenari, vida quotidiana en l’època dels faraons, Fundació la Caixa, Barcelona, 1998
I. Finkelstein, N. A. Silberman, La Biblia desenterrada, Madrid, 2003
I. Finkelstein y N. A. Silberman, David y Salomón, en busca de los reyes sagrados de la Biblia y de las raíces de la tradición occidental, Madrid, 2007
J. M. Blázquez, J. Martínez-Pinna, S. Montero, Historia de las religiones antiguas: Oriente, Grecia y Roma, Madrid, 1999.
J. K. Hoffmeier, Arqueología de la Biblia, Madrid, 2008
P. Fernández y C. G. Wagner, Israel y Fenicia, Barcelona 2000.
S. Kochav, Israel, esplendor de Tierra Santa, Barcelona, 2001.
T.G. H. y James y A. de Luca, Tutankhamón, Barcelona, 2000.

 

Autor Gerardo Jofre, coordinador de la Sección de Egipto y la Biblia 

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