Culto funerario egipcio: más allá de la muerte o la necrofilia
Por Coordinadores de AE
5 agosto, 2004
Modificación: 5 agosto, 2004
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Culto funerario egipcio: más allá de la muerte o la necrofilia

Regeneración, vida eterna, fertilidad y prosperidad, son algunos de los temas recurrentes en la iconografía y culto funerario del antiguo Egipto, ambos llenos de un simbolismo y doble discurso que va más allá de una obsesión por la muerte y la necrofilia como se ha malentendido, pues para esta cultura la concepción de la vida después de morir estaba concatenada a la eternidad.

Gerardo Taber, arqueólogo de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), indicó que para los egipcios la muerte no representaba el término de la vida, sino un paso que formaba parte de ella misma. Por ello, dijo, las actividades cotidianas y forma de vivir -de acuerdo a su creencia-, iba a ser la misma al morir y de ahí el sentido de eternidad.

Al participar como ponente en el Taller de Estudios sobre la Muerte que periódicamente realiza la Dirección de Estudios Históricos, el especialista señaló que en comparación con otras culturas en las que la resurrección se concibe como vida después de la muerte, para los antiguos egipcios ésta es más abstracta y va ligada a aspectos de regeneración y renovación que forman parte de la vida misma.

Con el tema conografía y usos funerarios en el Antiguo Egipto, Gerardo Taber detalló que la escritura jeroglífica de esta cultura, se caracteriza por su carga simbólica y en muchos de los casos con doble interpretación. «No sólo fueron usados para narrar acontecimientos, sino que además representaban analogías con elementos de la naturaleza y su relación con deidades», dijo.

En este contexto, destacó la constante presencia de dioses del culto funerario como Anubis, relacionado al inframundo y el cual se representa con cara de chacal; Horus relacionado al cielo y el sol, que se muestra con rostro de halcón; y Osiris relativo a las fuerzas masculinas, la renovación y la fertilidad, el cual se muestra con forma humana y cara de color verde en analogía a la naturaleza.

Estas deidades se representan en los muros y columnas de las pirámides, portando símbolos entre los que destacan: la cruz «ankh» o llave de la vida, el ojo «oudjat» que simboliza la salud y la estabilidad, el escarabajo que representa el futuro; y el papiro y el loto, signos de unión. En síntesis estos elementos se refieren a la prosperidad, vida eterna, regeneración y fertilidad que son elementos sobre los que gira el culto funerario egipcio.

Gerardo Taber destacó la relevancia de esta escritura simbólica que prevaleció a lo largo de tres mil años, luego de ser instaurado el sistema jeroglífico durante la unificación de Egipto hacia el año 2800 (a.C.). «Como cualquier escritura ha tenido su evolución, añadiduras y cambios, pero por su carga simbólica llegó a influir en el sincretismo de otras culturas», expresó.

Finalmente puntualizó que otros de los elementos simbólicos que han permitido entender la visión de los egipcios sobre la vida, han sido los amuletos funerarios que en el caso de la tumba de Tutankamón, el personaje portaba más de cinco mil piezas de esa clase, mismas que estaban distribuidas en su cuerpo de acuerdo a la función que cada una de ellas tenía y que le servirían para su vida en la eternidad.

Fuente: Artes e Historia México
http://www.arts-history.mx/Noticiario/index.php?idNoticia=1333

Reseña: Roberto Cerracin

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