«Abriendo la mano de la luz». Acerca de los terminos 3m y 3mm en la literatura religiosa egipcia
Por Jorge Roberto Ogdon
10 abril, 2002
Paisaje en Egipto. Fuente: Archivo documental AE
Modificación: 16 mayo, 2020
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Penetrar en la mentalidad egipcia antigua resulta, la más de las veces, una tarea bastante dificultosa, y, sin embargo, tan riesgosa actividad intelectual es, probablemente, la que mayores satisfacciones brinda al investigador tenaz que consigue, aunque más no sea, tener un destello iluminador del inagotable imaginario de aquellos «antepasados culturales» remotos pero siempre presentes en nuestros días.

Los estudios destinados a recomponer el sistema de pensamiento egipcio deberán ser, forzosamente, parciales e insuficientes como para reconstruir la totalidad del mismo, pero cada paso en firme que se da contribuye a volver a armar el «mosaico» de ese ideario perdido, y sirve, a la vez, como peldaño para seguir subiendo la escalera de nuestro conocimiento.

Es por eso que consideramos útil presentar, en esta ocasión, algunas reflexiones que, comenzando como una discusión de filología, en realidad, apunta a deshilvanar la madeja de las relaciones existentes entre ciertos «motivos» mitológicos que no resultan aparentes a prima facie, y que conciernen a su correcta interpretación y cabal entendimiento.

1. El problema

El sustantivo femenino 3mmt, «puño[1]«, es el agente de la acción denotada por el verbo masculino 3mm, «empuñar, tomar (en un puño)[2]«. Usualmente se admite que el último es una forma 2ae.gem[3]., hipotéticamente originada (por reduplicación) a partir de un simplex masculino: *3m, el cual, sin embargo, nunca se ha encontrado atestiguado en la documentación existente hasta el presente.

Por otra parte, existe otro término perteneciente a la misma familia homófona; a saber, un verbo 2-lit.: 3m, «arder, prender (fuego), quemar[4]«, el cual Sir Gardiner sugirió que podría haber sido, originariamente, una forma 3-lit.: *3m(i) o *3m(w), aunque tampoco pudo citar ni siquiera un solo ejemplo que testimoniara tal escritura. Es más, nadie parece haber hallado uno hasta la fecha.

Subrayemos desde ya que la raíz geminada 3mm está, hasta el momento, atestiguada solamente para el verbo «empuñar» pero no para «arder», el cual es escrito exclusivamente como 3m en todos los casos conocidos (por nosotros), aún cuando ciertamente admita el fenómeno de geminación por reduplicación, i.e., 3m * > 3mm, al punto de revelarse como un sugestivo y probable candidato para ser el origen de tal forma derivada. Pero, si este fuera el caso, uno está autorizado a preguntarse: ¿cómo relacionar, entonces, el susodicho fenómeno gramatical con el (aparentemente) tan diferente significado de ambas raíces verbales?

Para poder responder adecuadamente al interrogante planteado, debemos volver nuestra atención a sus empleos en el contexto de la literatura religiosa funeraria, en la cual podemos encontrar elementos para recuperar el marco ideológico que sustentaba sus usos gramaticales y semánticos.

2. El análisis

En ese sentido, la ocurrencia de 3mm, «empuñar», en relación con el dios Shu, la personificación del «Espacio Primordial (de la Creación)», el Aire/Atmósfera y la Luz, parece ser muy significativa y de ningún modo debida a la mera casualidad, a causa de los incontables casos que testimonian tal asociación desde los corpora literarios más antiguos hasta los más tardíos; p.ej.:

– 3mm n.k Šw, «Shu te empuña (scil., al difunto)».[1]

– n 3mm(i) (i)n Šw, «Yo (= el mago) no soy empuñado por Shu».[2]

En los Textos de los Sarcófagos (abr.: TdS) encontramos una buena cantidad de referencias, directas e indirectas, acerca de la conexión entre 3mm y Shu, así como a la función de esta deidad como un «atrapador/empuñador»; p.ej.:

– n hf’w(.i) Šw, n 3mmw(.i) Kkw, «Shu (o, ‘La Luz’) no me atrapa (y) el Oscuro (o ‘La Oscuridad’) no me empuña»[3].

– n hf».i in Šw, n 3mm.i in 3kr.w, «Yo (= el difunto) no soy atrapado por Shu (y) no soy empuñado por los entes-Akeru«.[4]

Estos ejemplos, tomados al azar entre muchos, sustentan la existencia de una estrecha relación entre los conceptos de «empuñar» y el de «luminiscencia, luz, brillo».
Un bien conocido «texto de ascensión» en los Textos de las Pirámides (abr.: TdP) parece proveernos la clave para desentrañar el sentido de tal interrelación; el mismo dice así:

«El Rey es un ‘lanzador del Corazón’ (it[y]-ib), el Hijo del Corazón de Shu (z3 ib Šw), extenso como una extensión. ¡Una luz temible es el Rey, quien arde (¡3m!) delante de las brisas, ascendiendo hasta los límites del Cielo (y) descendiendo hasta los límites de la Tierra, mientras ‘la mano de la Luz’ es abierta (lit., vaciada) por el Rey!»[5].

Esta Alocución ha sobrevivido en los TdS, cuya versión reza como sigue:

<Dicho para> Transformarse en ‘El Aire’. ¡Soy yo (= el difunto) quien es un wyt[6], el Hijo del ‘Fiero de Shu’, extenso en (lit., de) brillo/luz, cuando Shu está al frente de los entes-He(n)mem(u)t! ¡Soy yo quien es ‘La Llama’ (moviéndose) por delante de las brisas, ascendiendo hasta el confín del Cielo (y) descendiendo hasta el confín de la Tierra! ¡Yo me siento en el lado oriental del Cielo (y) el Cielo me es traído al amanecer! ¡Yo separo el Cielo (de) la Tierra, porque soy yo quien es el ‘hijo del Campo de Cañas’!»[7].

Es notable que en ambos documentos el fallecido sea caracterizado: (a) como «el hijo del Corazón de Shu» – que es llamado ‘el Fiero de Shu’ en los TdS -; y (b) como un ser que posee una esencia «luminosa» o «radiante» – es denominado «luz temible» (TdP) o «llama» (TdS) -, la cual se extiende en todas direcciones – atributo denotado por su capacidad de atravesar «Cielo y Tierra» indistintamente (y cf. i.a.: «El Rey es quien va de aquí para allá. El va y viene acompañado por ‘La Luz'»[8].).

La versión temprana de este Dicho concluye con un pasaje ausente en la copia posterior. El mismo, en nuestra opinión, es de la mayor relevancia para develar el sentido profundo de toda la composición: de acuerdo al texto, el difunto aparece como un ser luminoso o radiante, nacido de Shu (dios de la Luz, y, por ende, La Luz por antonomasia y en sí misma), que se mueve libremente por entre las dimensiones de la Realidad; y lo hace «mientras ‘la mano de la Luz’ es vaciada» por él mismo, esto es, en tanto el muerto abre su mano va dejando extender su más íntima naturaleza, en un proceso de proyección de su propio Ser. Subrayemos el hecho de que este último es referido como «el Corazón» del espíritu, i.e., el asiento de los pensamientos, las emociones y los sentimientos, según los antiguos egipcios, o, lo que hoy en día llamaríamos «consciencia» a secas[9]. A partir de la versión antigua, el fallecido es un it[y]-ib, lit., «Uno que Arroja el Corazón», y ya sabemos desde hace largo rato que, para los egipcios, el «corazón» de un ser humano podía ser proyectado fuera del «cuerpo natural» (eg. h3t)[10]. Por si esto fuera poco, el muerto es identificado con «el hijo del Corazón de Shu», esto es, como el poseedor de todas las cualidades y propio Ser de la deidad de la Luz. Pero el Ser íntimo del difunto se manifiesta, según el texto, solamente cuando «la mano de la Luz» se entrega al proceso de abrirse; y este hecho es muy importante, porque tal acción implica necesariamente que esa «mano» estaba, hasta el momento de iniciar dicho proceso, «cerrada en un puño«.

La interacción que se establece entre el «puño atrapante» y la «luz radiante», en ese texto, es sumamente clara y, es más, la misma se vuelve transparente cuando se define al espíritu como «una luz temible… que arde (3m) por delante de las brisas…», ya que pone en juego al verbo 3m con el miembro que hasta entonces conformaba un 3mmt, «puño», devolviéndonos así al principio de toda nuestra discusión. Lejos de apabullarnos, esta constatación nos sirve ahora para explicar el giro 3wy 3w.wt, lit. «extendido como/en una extensión» (en TdP § 324), explícitamente desarrollado en CT IV, 40, como «(largamente) extenso en (lit., de) brillo». Debemos notar que la idea de «extender» y «empuñar» no es desconocida en otras fuentes documentales; cf. p.ej.;

«Sus fronteras (scil., las del Rey) se extienden hasta los límites del Cielo. Las Tierras (t3.w) están reunidas en sus manos… Él ha juntado todos los seres existentes en su puño».[11]

Es el momento oportuno para traer a colación un par de Dichos del Libro de los Muertos (abr.: LdM), que nos parecen ser versiones posteriores y bastante corruptas de aquellos que hemos venido analizando, y, por lo tanto, necesarios para nuestro estudio; a saber:

«Soy yo (= el difunto) quien es el más Sabio de los Sabios[12]. Soy yo quien es Shu. Yo arrastro (ithw) las brisas en presencia de radiación luminosa (hw), ascendiendo hasta los límites del Cielo (y) descendiendo hasta los límites de la Tierra, hasta los límites de Shu de [///][13]«.

Resaltemos que, como en el caso de las tradiciones más antiguas, este extracto del LdM interrelaciona los conceptos de «luminosidad» y «brisas/vientos», que son principios incorporados a la esencia del dios Shu[14] quien, de acuerdo a TdS Dicho 75, no fuera creado por Atum a través de un acto de onanismo – como se explica tradicionalmente en TdP §§ 1248-9 – sino por exhalación:

«Él (= Atum) me exhaló (scil., a Shu) de sus narices… Yo soy aquel cuya forma fue exhalada. Él no me hizo con su puño y no me concibió en su puño, (sino que) Él me exhaló de sus narices».[15]

Notemos que el pasaje enfatiza el hecho de que Shu no fue generado por masturbación sino por respiración, así que esta versión niega la función del «puño» como parte de la «herramienta» creadora. Tal punto de vista negativo sobre el «puño» inmediatamente nos recuerda de otros textos similares, que se encuentran en los TdP, los TdS y otros testimonios del Reino Medio[16], en los cuales el temor a ser empuñado (i.e., atrapado) por Shu está manifestado expresamente.

Ahora bien, a la vista de las tres versiones del Dicho en cuestión es evidente que los antiguos egipcios relacionaban estrechamente, y de un modo muy especial, las ideas de «empuñar», «radiación luminosa» (i.e., Luz) y «respirar, brisas/vientos» (i.e., Aire). Todos estos conceptos están ligados íntimamente a los principios adscriptos a Shu, ya sea como atributos (Luz y Aire) o como eventos mitológicos (Puño: acto creativo onanista heliopolitano; textos para no ser empuñado [= atrapado]). Si ponemos estos elementos en una tabla comparativa, tal como aparecen en las distintas versiones mencionadas, podremos comprobarlo inmediatamente (ver Tabla comparativa de Textos y Temas).

En nuestra humilde opinión, la acción de «abrir la mano de la Luz» atribuida al soberano fallecido en TdP Alocución 261, no puede referir a otra cosa que a la «extensión» de su propia mano, que hasta entonces estaba cerrada en un puño. Es más, este hecho nos ha ayudado a comprender mejor la expresión 3wy 3w.wt y sus variantes: al momento de extender su mano – hasta ese momento «empuñada» – su espíritu o Ser íntimo se revela por sí mismo bajo la forma de una luz flasheante. Queremos destacar que, en los TdS, se dice que Shu «está al frente de los entes-He(n)mem(u)t«, en tanto el espíritu es, simultáneamente, llamado «(largamente) extenso en brillo».

He(n)mem(u)t es un término colectivo frecuentemente asociado a las palabras p’t y rejet/rejtyu, que parecen designar a ciertos grupos de personas o regiones del Delta egipcio[17]. Desde sus ocurrencias más tempranas, He(n)mem(u)t porta el indicador semántico del «sol brillante» (Gardiner N 8) et similia, i.e., un disco solar emitiendo rayos; así que, sin importar cual sentido étnico o geográfico pudiera tener, ciertamente estaba relacionada con la noción de «luminosidad, brillo». Si comparamos este párrafo con la oración extraída de la estela del rey Amenofis II en Giza, ya citada anteriormente, y que dice: «Él ha juntado todos los seres existentes en su puño», finalmente podremos aclarar el sentido del Dicho en discusión: lo que Shu/el difunto empuñan en su mano es la Luz incorporada en «todos los seres existentes», i.e. la Vida como una energía vital y vivificadora que anima (lit., «da el alma») a todos los seres y cosas manifiestas del Universo, como una expresión de la creación divina y, por ende, la razón del acto de «vaciar la mano de la Luz» se hace clara: denota la manifestación de la Vida Divina bajo la forma de una «energía luminosa[18]«. Por lo tanto, la acción realizada por Shu/el difunto refiere a la puesta en marcha de la propia Existencia: todos estos textos equiparan el muerto con Shu, y, a través suyo, con el mismísimo Dios Supremo y demiúrgico, a fin de transferirle el poder de generar la Vida y hacerle ser uno mismo con esa fuente inagotable de capacidad vital; es más, el espíritu puede, entonces, y al igual que el propio Dios Supremo, extenderse a través de esa «energía radiante» a lo largo y a lo ancho del Universo.

Hemos recorrido un largo y sinuoso camino para develar las estrechas y sutiles relaciones entre los conceptos egipcios del «puño atrapador», la «luminosidad» y el dios Shu, así como para demostrar los lazos entre los verbos 3mm, «empuñar», y 3m, «arder», la existencia de los cuales, a la luz de toda la evidencia discutida, no podemos dudar ni por un momento.

TABLA COMPARATIVA DE TEXTOS Y TEMAS
TdP Alocución 261 TdS Dicho 288 LdM 54-55
Hijo del Corazón de Shu Hijo del «Fiero de Shu Hijo de Shu mismo
Extenso como una extensión (largamente) extenso en brillo/luminosidad arrastrador (i.e., que extiende a la fuerza)
Luz terrible… que arde (3m) Llama Radiación
Por delante de la brisa Por delante de la brisa Respiraciones

 

© J.R. Ogdon, 1995.

[*] Este artículo es la versión en español, ligeramente modificada, de nuestro: «Studies in Ancient Egyptian Magical Writing, I. Apropos of the Verbs 3mm and 3m«, publicado en Göttinger Miszellen. Beiträge zur ägyptologischen Diskussion, heft 155 (Gotinga, 1996), 67-76.
[**] Director y Fundador del Centro de Estudios del Antiguo Egipto (C.E.A.E.), Buenos Aires, Argentina.

Notas al 1. El problema

[1] Ver i.a. R.O. Faulkner, A Concise Dictionary of Middle Egyptian (Oxford, reed. 1972), 1 s.v. 3mmt.
[2] íbidem, loc.cit. s.v. 3mm.
[3] Ver i.a. Sir A.H. Gardiner, Egyptian Grammar³ (Oxford, reed. 1973) §§ 419 y ss.; G. Lefebvre, Grammaire de l’égyptien classique² (El Cairo, 1955), § 306 in fine.
[4] R.O. Faulkner, loc.cit., s.v. 3m. Cf. Sir A.H. Gardiner, o.c., §§ 267 y ss.; P. Lacau, «Les verbes à troisieme radicale faible (i ou w) en égyptien» en BIFAO 52 (1953), 7 y ss.

Notas al 2. El análisis

[1] TdP § 1739.
[2] Papiro Turín 54003, ix, l. 9 (ed. A. Roccati). Texto mágico del Reino Medio.
[3] CT II, 45b-c.
[4] CT II, 112e-g. En este caso, 3mm está determinado por Gardiner D 40 («brazo empuñando bastón») en reemplazo de Gardiner D 49 (el «puño»). Para idénticas expresiones acerca de los seres-Akeru – a veces llevando el indicador semántico Gardiner D 114 + Z 2, como en la presente ocurrencia -, cf. TdP §§ 658 y 2202; CT I, 398a; LdM Dichos 108, 149 y 153A. Estas entidades comparten la actividad de «empuñar (a alguien)» con el dios-ctónico Aker; ver ahora, J.R. Ogdon, «Some Notes on the Name and the Iconography of the God 3kr» en Varia Aegyptiaca 2 (1986), 127 y ss.; Id., Un análisis literario del «Himno Caníbal» en los Textos de las Pirámides; Colección Seminarios (C.E.A.E.), vol. 3 (Buenos Aires, 2000), 1, 20 n. 7 y 21 (versión en inglés). Para el dios Aker como un «empuñador, atrapador», cf. i.a. TdP §§ 504 y 676. Sobre «empuñar, atrapar» como un sinónimo de estar impotente e inactivo (i.e., muerto), ver Id., «Studies in Ancient Egyptian Magical Thought, III. Knots and Ties. Notes on Ancient Ligatures» en DE 7 (1987), 29-36; J. Zandee, Death as an Enemy according to Ancient Egyptian Conceptions (Leyden, 1960), 184 y ss.
[5] TdP §§ 324a-325a (Alocución 261).
[6] R.O. Faulkner, The Ancient Egyptian Coffin Texts II (Warminster, 1973), «Spell 288», tradujo esta palabra como «tosser», con un signo de interrogación. Para nosotros, wyt es, muy seguramente, una escritura corrupta para ity, «lanzador, arrojador», que aparece en la versión original de los TdP.
[7] CT IV, 40 («Spell 288»).
[8] TdP § 310.
[9] Ver i.a. A. Piankoff, Le «coeur» dans les textes égyptiens (París, 1930), 23 n. 1, 50 y 56; M. Malaise, «La signification des pendentifs cordiformes dans l’art égyptien» en CdÉ 50 (1975), 105 in fine; B.M. Brian, «The Hero of the ‘Shipwrecked Sailor'» en Serapis. The American Journal of Egyptology 5/1 (1979), 5 y ss.
[10] A.H. Gardiner, Notes on the Story of Sinuhe (París, 1916), 30, 97 y 156; R. Caminos, Late-Egyptian Miscellanies (Londres, 1954), 131, 150 y ss. y 450 y ss. Cf. tamb. F. Vogelsang, Kommentar zu den Klagen des Bauern (Leipzig, 1913), 193. Un destacable caso de «externalización» del corazón en textos no religiosos está registrado en el Papiro Anastasi IV, 5, 1-5, 5; R. Caminos, o.c., 150.
[11] Estela del rey Amenofis II hallada en Giza; citada según la versión de Ch. Jacq, Pouvoir et sagesse selon l’Égypte ancien (Mónaco, 1981), 48.
[12] Para este significado de s3b(w), cf. TdP § 394: NR pi nb z3b.wt, «El Rey es el Señor del Conocimiento»; ver J.R. Ogdon, «Himno Caníbal«, 3, 13, 15 (§ 394) y 21-2 (versión en inglés).
[13] LdM Dicho 54 del Papiro Museo Británico 9901 de Nebseni, lám. lxiv (ed. E.A.T. Wallis Budge). Este es un «Dicho para dar respiraciones (nf.wt) en el Inframundo», que provee iluminadores detalles para nuestra investigación: la fraseología es muy cercana a las versiones de los TdP y TdS, así que, pese a su forma corrupta, ciertamente es una copia tardía del mismo texto. Así, tenemos que ithw (en LdM) sería una deformación para ity-ib (en TdP), var. wyt (en TdS); que s3b(w) s3b.w (en LdM) igualmente lo sería para z3 ib (en TdP); y que hw (en LdM) procedería de 3wy ( + 3w.wt) (en TdP). Por otra parte, F. Lara Peinado, Libro de los Muertos. Estudio preliminar, traducción y notas (Madrid, 1993), 104-5, registra otra variante de este texto, pero asignándolo como LdM Dicho 55, que él traduce como continúa: «Fórmula para dar el aliento en el Más Allá. Palabras dichas por N: ‘Soy el chacal de los chacales [s3b(w) s3b.w]. Soy Shu, el que hace nacer [var.: quien arrastra, en LdM Dicho 54, ed. Budge] el aliento en presencia del Luminoso [var.: radiación, en ditto], (llevándolo) hasta los límites del cielo, hasta los límites de la tierra, hasta los límites del ala del pájaro nebeh. ¡Que el aliento sea dado a esos jóvenes seres divinos!'».
[14] A. de Buck, «Sjoe in de Kosmologische en Kosmogonische Voorstellingen der Egyptenaren» en Uitzicht (Dic. 1942~Ene. 1943), 135-41 y 198-206.
[15] CT I, 339-40 y 354-60 (TdS Dicho 75).
[16] Ver supra notas [6] y [9]-[10].
[17] Consultar ahora A. Nibbi, Lapwings and Lybians in ancient Egypt (Oxford, 1986), 7-17 y 91 y ss.
[18] Cf. i.a. J.F. Borghouts, «Divine Intervention in ancient Egypt and its Manifestation (b3w)» en R.J. Demarée~J.J. Jansen (eds.), Gleanings from Deir el Medina (Leyden, 1982), 1-70; L. Kákosy, «The Fiery Aether in Egypt» en Acta antiqua academiæ scientiarum hungaricæ 25 (1977), 137-42.

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